"Cuando tu cuerpo, mente y espíritu están en armonía, la belleza surge en ti de manera natural. Desde hace siglos, en Japón, los rituales de belleza buscan este equilibrio, ya que para ellos el concepto zen de belleza es parte de la salud. La filosofía zen se adopta cada vez más como un estilo de vida; una piel sana es reflejo de que tienes un equilibrio emocional y una actitud mental positiva. Estos secretos radican en que además de que tengas una dieta equilibrada complementada con ejercicios físicos y mentales (meditación), también utilices los cosméticos naturales, que te brindan muchos beneficios más que una cara bonita. "
Rituales sagrados de belleza y salud En Japón, los cuidados para ser bella se realizan con una dedicación exquisita, al grado de convertirse en rituales. Se considera que los secretos de belleza de la mujer oriental incluyen innovadores ingredientes provenientes de Japón, que ayudan a conseguir la deseada piel de porcelana de una geisha. Aquí te ofrecemos una lista de los más relevantes ingredientes.Para exfoliar
Judías azuki. Gracias a sus propiedades depurativas, estas pequeñas alubias rojas limpian tu piel, la nutren y la suavizan. Cuando exfolias tu piel, es más fácil que un cosmético penetre. A pesar de que muchas fórmulas cosméticas actuales están hechas con judías azuki molidas, tú puedes elaborar este exfoliante: mezcla dos cucharadas de judías azuki secas y tritúralas con dos cucharaditas de leche entera. Aplica en cara o cuerpo por 2 minutos, mientras frotas con un cepillo pequeño. Las judías azuki tienen la ventaja de que combaten la anemia por su alto contenido de hierro y ácido fólico.
Caña de bambú. Su extracto, obtenido de la médula de la caña de bambú, proporciona a la piel un renovado equilibrio. Tu piel se volverá lisa, sedosa, uniforme y luminosa. Es uno de los exfoliantes más utilizados en la cosmética natural, ya que exfolia tu piel sin agredirla. También estimula la síntesis de colágeno y ayuda a regenerar los tejidos.
Para una piel de seda
Tsubaki o aceite de camelia. El tsubaki es uno de los cosméticos más usados en Japón para el cuidado de la piel. Es un antioxidante que combate el envejecimiento y la pérdida de elasticidad de la piel seca y sensible. El aceite de camelia también sirve como acondicionador para el cabello. Si tu cabello es áspero y quebradizo, puedes añadirlo al shampoo habitual, con tan sólo tres o cuatro gotas de este aceite lograrás maravillas. Puedes encontrarlo en herboristerías y tiendas de productos asiáticos. En el pasado, las mujeres japonesas cuidaban con aceite de camelia sus largas cabelleras negras que llegaban al piso (lo combinaban con algas, yema de huevo y salvado de arroz para hacerlo brillar).
Flor de loto. Es una planta utilizada para el cuidado de la piel y es el símbolo de la creación y de la pureza. Es una planta acuática con una delicada fragancia que hidrata la piel a profundidad y que tiene propiedades astringentes.
Aceite de arroz. La cosmética oriental se vale del arroz para el cuidado de la piel y el cabello. El arroz contiene vitamina E, que neutraliza los radicales libres, responsables del proceso de envejecimiento. Si quieres hacer tu propia loción capilar para lograr un cabello suave y brillante, al igual que tu piel, puedes diluir una cucharada de aceite de arroz en un cuarto de litro de agua y puedes aplicarlo después de teñir tu cabello.
Para detener el tiempo
Soja. Esta leguminosa es originaria de China y fue introducida a Japón. Contiene isoflavonas que actúan en el organismo como si fueran estrógenos que tienen un efecto antioxidante, antiviral, antihongos y bactericida. La soya aporta hidratación a la piel por su alto contenido en vitaminas E y K, las cuales frenan el envejecimiento cutáneo y vuelven la piel más elástica. Sus derivados se aplican en la cosmética: la lecitina de soya, además de ser uno de los complementos dietéticos más consumidos en todo el mundo, se utiliza como sustancia emulsionante y antioxidante.
Té blanco. Más que un ritual japonés, es un buen aliado de tu belleza por sus antioxidantes, ya que contiene el triple de polifenoles que los otros tés. Por su parte, el té verde reduce la grasa de tu cuerpo e hidrata y oxigena las células.
Si lo que deseas es frenar el envejecimiento prematuro, puedes hacer tu propia mascarilla de té: mezcla dos cucharadas de jugo de aloe con una de miel y otra de té verde concentrada. Añade arcilla blanca y aplícala sobre tu cara, evitando el área de los ojos.Gracias por vuestros comentarios.Thanks for your comments.