HOY ME HA PASADO ALGO MUY BESTIA, de Daniel Estorach

Toda novela tiene un momento puntual en el que se saborea mejor su lectura. Aproveché un paréntesis después de leer un libro bastante denso para meterme de lleno con la novela de Daniel Estorach, Hoy me ha pasado algo muy bestia (2011) primero de la saga Crónicas de un héroe urbano. 
Estamos ante el trabajo de debut de Estorach, una historia sencilla en la que una persona común, con sus quehaceres de cada día y su vida completamente normal, descubre tener poderes. Sí, tal y como lo habéis leído. Tiene más fuerza, más resistencia, más velocidad, sus heridas se sanan solas,... Y a partir de este momento decide convertirse en un héroe de verdad.
¿Una premisa muy simple verdad? La verdad es que sí. Pero a pesar de ello el autor logra crear una historia fresca, muy ligera, con unos personajes sencillos y bastante planos pero que conectan con el lector. Se ve reflejado contínuamente los gustos de Estorach en cuanto a cómics, música, su ciudad (historia ambientada en Barcelona, por cierto),... Estos detalles sumados a que el narrador que emplea es en primera persona hacen que nos encontremos ante una novela que se devora en una mañana, que no ocupa peso en la cabeza del lector y que le deja con necesidad de más.
Sí, porque el autor va al grano, como si escribiera viñetas más que párrafos. El formato de diario ayuda todavía más a eso, y fomenta hasta el extremo este ritmo rápido, ágil, sin pausa. La ambientación no es más que un decorado, pincelando algunos lugares de Barcelona y deteniéndose en puntos cercanos que, con toda seguridad, le pueden sonar al lector. Sin embargo, no soy muy defensor de los localismos que tantos escritores emplean porque limita la interpretación. 
Los personajes ya he comentado que son sencillos, sin demasiadas complicaciones psicológicas. Está claro que el autor no busca este aspecto, sino que da forma a sus protagonistas lo justo como para darles un punto de carisma. Muy coherente al planteamiento de la historia.
Termino esta opinión valorando que nos encontramos ante una novela corta sencilla, fresca, un helado de naranja en una mañana veraniega. Todas las herramientas al servicio de una aventura, sin esconderse y sin engañar en ningún momento al lector. Y dentro de su segmento literario, no cabe dudas que se trata de una buena historia.