Los pensamientos y actitudes que
cultivemos en los primeros minutos son decisivos para afrontar el “aquí y hoy”
con energía, ánimo y buen humor. Repetirse unos mensajes positivos, poner un
título a cada jornada que vivimos y llevar una agenda emocional, son algunas
claves para vivir un gran día.
¿Salta de la cama cuando suena el despertador, se bebe un café
sin siquiera sentarse, se viste a toda prisa y sale disparado a la calle rumbo
al trabajo u otras ocupaciones? Probablemente el estrés se ha instalado en su
vida, y en su forma de despertar y tomar la primera comida del día, lo cual no
es bueno para su salud, nivel de energía ni equilibrio psicológico.
“La buena noticia es que siempre estamos a tiempo de aprender a
levantarnos con el pie derecho, a sentirnos un poco renacidos cada mañana y a
empezar bien la jornada para que sea plena, fructífera y exitosa. Sólo es
cuestión de práctica y constancia”, señala la terapeuta psicocorporal Cristina
Flames.
“Poner el despertador con el tiempo mínimo para asearnos,
concedernos un amago de desayuno y poco más, quizá nos permita dormir unos
deliciosos minutos extra, pero comenzar el día con el tiempo justo y el
consiguiente apresuramiento tiene efectos secundarios en forma de estrés”,
explica Flames.
Según la experta “debido a las prisas de primera hora puede
ocurrir que a lo largo de la jornada las situaciones nos crispen con facilidad y
percibamos una presión y tensión continuas. Con el cuerpo y la mente en esas
condiciones lo más probable es que las cosas se tuerzan con más frecuencia de lo
que quisiéramos y que no comprendamos a qué se deben los tropiezos”.
El primer paso para comenzar bien el día –de acuerdo a Flames-
consiste en comprometerse con ello, anotando en la agenda personal algo así
como “a primera hora de la mañana, antes de cualquier otra actividad, tengo una
reunión conmigo mismo para enfocar la jornada de forma positiva y
creativa”.
Para Cristina Flames, la siguiente medida para cumplir ese
compromiso con nosotros mismos, consistente en poner cada noche el reloj
despertador para que nos deje un lapso de quince minutos a media hora a la
mañana siguiente, abre la puerta al tercer paso clave para comenzar bien la
jornada: desayunar bien.
“El ritmo de vida actual, cada vez más acelerado, repercute
considerablemente en nuestra alimentación y hábitos dietéticos. Cada vez
dedicamos menos tiempo por ejemplo al desayuno, la primera comida del día y la
más importante”, señala la doctora Joima Panisello, en las Jornadas de
Actualización en Medicina de Familia, organizadas por las Sociedades Española y
Gallega de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC y AGAMFEC).
LA COMIDA MÁS IMPORTANTE
DEL DÍA
“Es importante no sólo ingerir los
nutrientes necesarios, sino dedicarle el tiempo suficiente a esta comida que
está entre 10 y 15 minutos como mínimo”, afirma la doctora Panisello,
especialista en Medicina Interna y directora General de la Fundación para el
Fomento de la Salud, FUFOSA.
Según la experta, “el desayuno debe cubrir un 25 por ciento de
nuestras necesidades nutricionales a lo largo del día, convirtiéndose en una de
las comidas más importantes”.
“Muchas veces -como explica esta experta- la somnolencia de
las primeras horas de la mañana, el apurar la hora de levantarnos, las prisas
por llegar a la escuela o al trabajo, condicionan el que no se haga o no se
realice correctamente el desayuno. Ello conlleva una disminución de la atención
y del rendimiento escolar o laboral, mientras que por el contrario un desayuno
equilibrado mejora el rendimiento físico e intelectual”.
Según la doctora Panisello “un desayuno equilibrado debería
incluir: una ración de lácteos, una de cereales (preferentemente integrales:
pan, copos de cereales crudos y sin azúcar, bizcochos o magdalenas hechas con
aceite de oliva) y fruta (mejor en pieza entera que zumo) para favorecer el
aporte adecuado de macro y micronutrientes y mejorar el rendimiento
energético”.
“También es recomendable incluir una pequeña cantidad de grasa
cardiosaludable (unas gotitas de aceite de oliva virgen) y en ocasiones, jamón,
pescado azul, queso o fiambre (bajo en grasa y sal)”, señala la experta, quien
agrega que “es muy importante desayunar sentado, con tranquilidad y tiempo, de
forma que se empiece el día de una forma relajada”.
Para mejorar la calidad de cada día
que iniciamos, el psicoterapeuta y escritor José María Doria, que,dirige la
Escuela Española de Desarrollo Transpersonal, EEDT, recomienda elaborar decretos
positivos. Se trata de crear cada mañana tres frases afirmativas, que fecundarán
la mente con nuevas creencias y crearán avenidas neuronales de experiencia
futura, a lo largo del día a medida que las releamos o repitamos mentalmente”.
AFIRMACIONES QUE LEVANTAN
EL ÁNIMO
Para el director de la EEDT “las afirmaciones deben
construirse en positivo, sin verbalizar el concepto que se pretende evitar (por
ejemplo, escribiendo ‘me expreso con seguridad y confianza’, en vez de ‘no
tendré miedo) y en tiempo presente (escribiendo ‘encuentro el sentido de mi
vida’ en lugar de ‘descubriré el sentido de mi vida’).
Además, según Doria, la afirmación debe ser precisa, y
expresar una sola idea concreta: lo correcto es ‘me siento cada día más alegre’
en vez de ‘supero mi tristeza’. Con el tiempo, ante cada situación emocional
negativa, nuestra propia mente fabricará automáticamente una construcción
positiva”.
El director de la EEDT también sugiere titular cada jornada.
“Hay que poner un título-creador al día que tenemos por delante, que nazca de
nuestra parte más creativa e intuitiva. Por ejemplo: ‘las piezas encajan’, ‘la
puerta se abre’, ‘la maravillosa casualidad’, ‘el encuentro’, ‘regalos y
sorpresas’...”.
“Eso títulos de cada día funcionarán como un timón o programa
mental sutil, que sensibilizará nuestro subconsciente con una huella de voluntad
y descubriremos cómo se manifiesta en distintos momentos de la jornada, como si
fuera magia”, señala.
Por último, el psicoterapeuta transpersonal aconseja llevar
una agenda evolutiva. “En sus páginas hay que anotar los asuntos del día que
tienen que ver con nuestras emociones y progreso personal, como en una agenda
clásica, como por ejemplo llamar a alguien que nos interesa porque es clave en
nuestro desarrollo o pedir información sobre clases de yoga o un curso de
pintura”.
El experto aconseja “resolver cada día lo que tengamos
pendiente en nuestra agenda evolutiva, y “no dejar para mañana lo que podamos
hacer hoy”, superando las resistencias de aplazamiento e inacción. Es una
herramienta extraordinaria para sentirnos bien y trascender muchos problemas
personales”.
Por último, Cristina Flames propone cinco consejos que le
alegrarán el día:
1 Organice su día con antelación. Dedique unos minutos en la
noche anterior, a apuntar en un papel cuáles son las tareas y obligaciones que
le esperan al día siguiente.
2 Cuide su aspecto. Dedique un tiempo por la mañana a
arreglarse y vestir prendas con las que se sienta y se vea bien. Cuando uno está
a gusto con su imagen, se siente más seguro.
3 Disfrute los regalos de la vida. Si presta atención
comprobará que a lo largo del día vive infinidad de momentos especiales y
placenteros, desde una buena comida hasta un charla agradable.
4 Céntrese en las soluciones. En lugar de rumiar los
problemas, lo cual los agranda, piense en cómo resolverlos. Así mejorará su
ánimo, y pasará de la pasividad a una actitud más resolutiva.
5 ¡Todo irá bien!. ¿Suele imaginar lo peor? La mayoría de las
tragedias que anticipamos nunca suceden. Si piensa que las cosas irán sobre
ruedas, pondrá sus fuerzas a trabajar en esa dirección.