Eso lo cantaba la Pantoja, pero prefiero tararear un clásico de la copla española, que un éxito fugaz de los 40 principales.
"Hoy quiero confesar, que estoy enamorada, por matar los rumores de aquella esquina..."Aunque claro, vosotros seguro que me soltáis a coro: ¿Y quién es él? ¿En qué lugar se enamoró de ti?... (Jose Luís Perales también es otro clásico).
Seguramente os hayáis dado cuenta de la disminución en el número de post publicados, de mi leve cambio de "registro" no aparece ninguna cita nueva, ninguna noche loca o algún suceso "paranormal" en cuanto a ligues se refiere.
Una vez me dijeron que "si quieres que algo salga bien, entonces: No lo cuentes"
Lo complicado es que si no puedo hablar de lo que pienso o siento ¿de qué voy a hablar? ¿Sobre qué escribir?
No sirvo para hablar de política, ni de cocina rápida con Thermomix (que da mucho juego) yo sólo sé hablar de las cosas que inexorablemente te cambian la vida para bien y (muchas veces) para mal.
Si no he contado nada digno de mención en los últimos 4 o 5 meses (madre mía lo rápido que pasa el tiempo) es porque no quería tener que reescribir mi vida una vez más si salía mal mi última apuesta en el terreno sentimental.
Bien es cierto, que no contarlo tampoco garantiza ningún éxito.
Es más una cuestión de amor propio que otra cosa, a nadie le gusta reconocer que ha vuelto a fracasar y desde luego, a mí tampoco.
Lo importante, ya no es ni dónde, ni cuando, ni cómo se llama el sujeto en cuestión. Lo que cuenta es cómo se sienten las personas que comienzan una relación cuando ya han pasado por todos los "estados" que la soltería nos tiene preparados.
Has sido la "recién divorciada", la chica "living la vida loca", la que no encuentra más que rollos de una noche, la chica que prefiere "mejor sola que mal acompañada", has sido muchas veces "el chico" sin sentimientos...
Y de repente vuelves a ser la persona que recibe un "buenos días" todas las mañanas.
Lo realmente importante es que la vida no viene con agenda preparada y las cosas pasan cuando tienen que pasar, no cuando a una le viene mejor. Aunque voy a darle un matiz:
"Si de verdad quieres que algo ocurra, entonces ve, y haz que pase".Ya habíamos dicho que eso de quedarse en el sofá, un sábado por la noche esperando a que el repartidor de pizza se convierta en el amor de tu vida, no es real.
Para los que me aconsejaron realizar compras "activas" en el pasillo del Mercadona y comparar el precio del pan de molde (sin corteza) mientras busco un pretendiente escondido en la sección de frutas pesando una "escarola"... Eso no funciona (os lo digo yo que hago la compra todas las semanas...)
Hay que pasar muchos días esperando el mensaje (de un gilipollas), que te propongan una cita (otro gilipollas) o que te dejen plantada (gilipollas Mayor del Reino), que te sientas un trozo de carne (y en este caso la gilipollas eres tú si realmente lo piensas)... tienes que probar el sabor amargo de la soltería para poder disfrutar de la dulzura de las relaciones.
Si estás metido en relaciones tormentosas, en rollos de una noche, con "amigovios" de esos que vienen y van... Si no te convence lo que haces ¡No lo hagas más!
Pero hoy... (Imitando a la Pantoja) "Hoy quiero confesar..."
Y confieso, que desde hace unos meses he vuelto a creer en las relaciones sentimentales, he vuelto a confiar (no en términos absolutos) y he vuelto a ser la persona que era, sin miedo a que saliese mal (miedo no tengo...simplemente estoy acojonada, poco más).
La diferencia está en la manera de enfocar las relaciones cuando ya tienes cierto grado de madurez y experiencia, puesto que ya no crees en los cuentos de hadas que contaba tu mamá.
Ya no crees en el caballero perfecto, ni en el cuerpo de un modelo de colonia de ARMANI, no crees en las escenas románticas tipo "El diario de Noah", no crees en la pareja perfecta ni en el amor incondicional...
La vida
real te enseña que ser egoísta es algo necesario en ocasiones, que si no te proteges tú misma, nadie lo hará.En estos momentos, crees más en la virtud de la paciencia, en la racionalidad y en aceptar que nadie va a cumplir todos los requisitos que tú pides, porque todos venimos con nuestras vidas hechas y resulta muy difícil cambiar.
Y por desgracia, es una cuestión de probabilidad... Tienes que encontrar a ese 0,5% de sujetos (que forman tu target: altura, edad, color de pelo, profesión, estado civil...) que quieran una relación seria y que no les importe apostar por ti.
Y cuando eso sucede, no hace falta hablar, ni planear, ni "comerse la cabeza" pensando en cómo decirle que quieres volver a verle, ni en si es demasiado pronto para volver a quedar, ni si lo llamas tú o esperas a que te llame él, si te presenta a sus amigos o si te deja relegada el puesto de "novia de fin de semana".
Cuando encuentras a alguien que quiere algo más y el sentimiento es mutuo, entonces todo fluye de una manera más o menos natural.
No hay drama, ni ases en la manga... Al final, resulta inexplicable, pero he comprobado que el encontrar a alguien también tiene un poquito de "casualidad".
Sólo me queda una duda respecto a mi actual estado sentimental:
¿De verdad nos enamoramos o son sólo relaciones que surgen de una necesidad personal?Ahí lo dejo... ¿Vosotros qué pensáis?