Creo que en alguna de mis entradas anteriores os he hablado de que a los tomates me gustaría colocarle unas cañas de apoyo, hoy a sido el día en que he empezado a colocárselas. Para que sirven es muy sencillo, al ser regados de forma de inundación mediante la marina que cae a un lado de la planta y con el fin de que los frutos no caigan al agua, se mojen y se estropeen colocamos unas cañas que los mantiene en el alto y centro del surco y así evitamos que se nos caigan al agua.
Es muy sencilla, para ellos nos valemos de cañas y cuerdas. Lo mejor y para que queden bien cuadrados es colocar cañas que nos cubran la totalidad del surco, es decir dividir la distancia de manera que lleguemos al final del surco sin tener que colocar al final de este algún tramo demasiado corto. Cortaremos unas cañas a unos cuarenta o cincuenta centímetros de longitud, estas las afilaremos o cortaremos en un angulo que nos permita clavar en la tierra. Dispondremos las cañas a lo largo del surco, yo he colocado dos cañas por tramos, ya que con una no soluciono el problema, y dividiremos el tramo en dos secciones. En las dos puntas de la capa colocamos las cañas que hemos cortado y afilado y en la mitad del sector de las cañas otra para que sirva de apoyo. Con cuerdas colocaremos la primera caña a unos diez centímetros de altura del suelo atándola en los tres estacones formados con cañas que hemos clavado. Posteriormente y a unos veinte centímetros de altura de la primera caña colocaremos la caña superior de forma que los tomates queden en el surco y las dos cañas impidan que se vayan a la marina.