Hace ya meses que el reto Con un par finalizó y, por motivos diversos, no llegué a tiempo a publicar mi última propuesta. Lo cierto es que estaba lista y preparada, pero los astros se alinearon en mi contra y estos huevos a la villaroy se quedaron ahí, en la parrilla de salida. Hoy, por fin, ven la luz. Porque, aunque sea tarde (muy tarde), la dicha es buena y no seré yo quien os prive de ella.
Como sabrás, la villaroy es una elaboración que consiste en bañar un elemento principal en bechamel para luego empanarlo y freírlo en abundante aceite. Ligero, lo que se dice ligero, no es, pero rico, un rato. De muerte lenta, diría yo. La elaboración a la villaroy más popular es la de las pechugas de pollo, que hoy hemos cambiado y transformado en huevos a la villaroy.
¡Vamos con la receta!
Ingredientes para cuatro personas
Para el relleno: 2 huevos cocidos, 60 g de mantequilla, 60 g de harina de trigo, 500 ml de leche y sal. Para el empanado y la fritura: harina de trigo, 1 huevo, pan rallado y abundante aceite de oliva suave.
Preparación
La cosa es sencilla, sencillísima, tanto que da un poco de pudor llamarla receta, pero algún calificativo habrá que usar. Lo más complicado es asegurarse de cubrir bien los cuartos de huevo cocido con bechamel y tener cuidado al empanarlos, pues son frágiles. Lo demás, chupadete.Partimos de la base que tenemos los huevos ya cocidos, pero si no es el caso llenamos una cazuela con abundante agua y la llevamos a ebullición. Agregamos un chorro de vinagre, una pizca de sal y sumergimos en ella los huevos, que habrán de estar a temperatura ambiente, ayudándonos de una cuchara para evitar que choquen con la base y se rompan.
Contamos 10-12 minutos desde que el agua arranque a hervir de nuevo y, transcurrido este tiempo, los retiramos y sumergimos en un cuenco con abundante agua helada para cortar la cocción. Una vez fríos, los pelamos y procedemos como se indica a continuación.
Partimos los huevos cocidos por la mitad, a lo largo, y cada mitad en otras dos mitades, es decir, los cortamos en cuatro gajos. Obtendremos ocho gajos que reservamos hasta que tengamos la bechamel lista.
Con los ingredientes de la lista preparamos una bechamel espesa, siguiendo estas indicaciones y colocamos ocho porciones sobre una bandeja cubierta con papel sulfurizado (papel de horno antiadherente). Sobre cada porción colocamos un gajo de huevo cocido y los cubrimos todos con el resto de la bechamel, procurando que no queden huecos. Dejamos enfriar en la nevera.
Una vez fríos y cuando estemos listos para consumirlos, preparamos tres recipientes con los tres ingredientes del empanado: la harina, el huevo batido y el pan rallado. Pasamos cada pieza por harina, luego por huevo y, finalmente, por pan rallado. Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén y los freímos hasta dorar por todos lados. Retiramos del aceite y dejamos escurrir sobre papel absorbente antes de servir.
Degustación
Estos huevos a la villaroy tienen que ser consumidos recién hechos, que es su mejor momento. El crujiente del empanado contrasta con la cremosidad de la bechamel y la sensación en boca es maravillosa. Son un bocado contundente por lo que dos o tres por persona son suficientes como entrante si los acompañamos de una ensalada verde o de tomate y una salsa. Aunque también los podemos servir como parte de una comida o cena informal de picoteo.