Un epitafio certero: Sobre la desaparición de Hugo Chávez, escribe hoy en EL PAIS el ex comandante guerrillero Joaquín Villalobos: "Su herencia más particular ha sido generar nuevos ricos". No es la única, pero sí la más significativa. Solo hay que ver la transformación física del propio Chávez, del rostro flaco y casi hambriento de sus tiempos de coronel golpista al atocinado y autosatisfecho que presentaba el caudillo-presidente antes de ser golpeado por la enfermedad. Y una imagen asesina: En los primeros tiempos del chavismo triunfante, la planta de Coca-Cola venezolana se declaró en cierre patronal. El entonces reciente presidente Chávez proclamó que el consumo de Coca-Cola era "de interés nacional" y envió al Ejército para que forzara su reapertura. En el Telediario apareció el rostro de gañán de un general chavista, quien para demostrar que Coca-Cola volvía a circular por las venas de los venezolanos abrió ante las cámaras una botella del refresco y le pegó un largo trago, tras el cual soltó un retumbante eructo que hizo temblar el micrófono de la pasmada reportera televisiva que le entrevistaba, a la que dedicó un estentóreo: "¡buen provecho, señorita!". Eso, más la corrupción, era el chavismo. En la imagen que ilustra el post, Hugo Chávez durante el golpe de Estado fracasado que lideró en 1992.
Revista Política
Un epitafio certero: Sobre la desaparición de Hugo Chávez, escribe hoy en EL PAIS el ex comandante guerrillero Joaquín Villalobos: "Su herencia más particular ha sido generar nuevos ricos". No es la única, pero sí la más significativa. Solo hay que ver la transformación física del propio Chávez, del rostro flaco y casi hambriento de sus tiempos de coronel golpista al atocinado y autosatisfecho que presentaba el caudillo-presidente antes de ser golpeado por la enfermedad. Y una imagen asesina: En los primeros tiempos del chavismo triunfante, la planta de Coca-Cola venezolana se declaró en cierre patronal. El entonces reciente presidente Chávez proclamó que el consumo de Coca-Cola era "de interés nacional" y envió al Ejército para que forzara su reapertura. En el Telediario apareció el rostro de gañán de un general chavista, quien para demostrar que Coca-Cola volvía a circular por las venas de los venezolanos abrió ante las cámaras una botella del refresco y le pegó un largo trago, tras el cual soltó un retumbante eructo que hizo temblar el micrófono de la pasmada reportera televisiva que le entrevistaba, a la que dedicó un estentóreo: "¡buen provecho, señorita!". Eso, más la corrupción, era el chavismo. En la imagen que ilustra el post, Hugo Chávez durante el golpe de Estado fracasado que lideró en 1992.
