Revista Cultura y Ocio

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.

Por Matilda @Matildalibros

Buena y mala literatura.

Hace unos días María, del blog Junto a una taza de té hizo una pequeña reflexión, interesante, como todas las que ella hace, y dejó en el aire una pregunta realmente difícil de responder, ¿qué es la buena literatura?, ¿qué diferencia un libro bueno de uno malo? Y como creo que es una de esas cuestiones que todos los lectores nos hemos planteado alguna vez, he pensado que podría ser un buen tema para los humildes consejos (en este caso es más una cavilación que nunca) de este mes.

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.

Y sí, me voy a mojar, porque si no, ¿para qué levanto la liebre? Ojo, que mojarme no es más que dar mi opinión, no soy nadie para sentar cátedra, ¿eh? Y además, asumo que, cuando uno habla de estos temas, corre el riesgo de parecer pedante y no me gustaría. Voy a dar mi opinión y sé que puedo tener razón o no en lo que pienso.

Creo que es muy difícil decir de manera categórica lo que es buena o mala literatura. Podemos pensar que la mala es más fácil de identificar pero estoy segura de que su autor no estaría de acuerdo. Y sí, es cierto que existen un montón de críticos que opinan sobre la materia pero, por suerte o por desgracia, en la mayoría de los casos, esos críticos llevan en la mochila la carga de un momento histórico y social que no siempre les permite ser objetivos.

Recuerdo que, trabajando en la librería, un día llegó un señor a comprar Los hombres que no amaban a las mujeres, best-seller del momento, para regalárselo a un amigo y lo comentaba con uno de mis compañeros diciendo "es que es buenísimo" y a mí, que en ese momento pasaba por allí cargada de cuentos, me chirriaron mis oídos de filóloga (no lo soy, pero licenciada en Filología suena aún más pretencioso) y me sentí una pedante tremenda. Yo había devorado el libro en un rato, como quien dice y lo había disfrutado mucho, pero no se me habría ocurrido decir que era bueno. Muy entretenido y "enganchoso", así lo definía yo, ¿bueno? ¡Jamás! Y ¿por qué? Porque para mí, un libro bueno tenía, tiene, que tener mucho más que eso. Más tarde comenté el tema con mi compañero y tuvimos una conversación muy interesante con la que no llegamos a ninguna conclusión.

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.

Ante la pregunta, ¿cómo sabes que un libro es bueno? Yo contesté algo que podría parecer una perogrullada "porque no me salto nada". Y es cierto, cuando un libro es bueno, cuando está de verdad bien escrito, no dejo pasar ni una descripción, ni una idea, ni una palabra. Lo leo despacio, lo saboreo y cada coma tiene algo que decirme. Supongo que requiere más de mí este tipo de lectura, pero también me da más. Mi método parece muy simple pero no lo es. Hay libros que sé que están bien escritos, entrarían en la "buena literatura" y yo estoy deseando soltarlos, pero tienen algo que me hace reconocer, muy a mi pesar a veces, que son buenos. Ya veis, no sé deciros, aparte de la perogrullada, cómo identifico un buen libro, supongo que, simplemente tienen "algo más".

Es difícil definir la buena literatura, ¿por qué siempre está asociada con libros que mucha gente es incapaz de leer? Supongo que porque en ella el dominio del lenguaje es fundamental, no es importante solo lo que nos cuentan, sino también cómo nos lo cuentan y al igual que para dominar la escritura hace falta formación y experiencia, para dominar la lectura también. Y si es tan buena, ¿por qué no le gusta a todo el mundo? Yo creo que porque, por suerte, ahí entran los gustos personales. ¡Que un libro esté bien escrito no quiere decir, para nada, que nos tenga que gustar!

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.

No me parece vergonzoso ni motivo de burla que alguien me diga "no he leído este o aquel libro" o "me aburre soberanamente esta obra de arte", la lectura es un placer, por encima de todo y cada uno elige la suya. Yo estudié para identificar una serie de cosas en el texto escrito (y estoy segura de que muchas, muchas veces no lo hago bien) y para valorarlas y disfrutarlas (o no) y leo por muchos motivos y para muchas cosas pero cada uno tiene sus motivos y sus objetivos al leer y creo que, el simple hecho de estar dispuesto a arañar horas o minutos de esta vida caótica para refugiarse en un libro es muy loable.

Y después de todo este rollo, ¿qué pasa con esos libros que se venden como churros y que nos hacen pasar tan buenos ratos? En muchos casos se definen claramente como "malos". Mal escritos, personajes mal construidos, llenos de tópicos... ¿tan ignorantes somos que nos los llevamos a casa encantados y los leemos con toda nuestra ilusión? No, en absoluto. Esos libros están dentro de un momento muy concreto de la historia y de la sociedad y tienen una finalidad muy clara. Independientemente de que valoremos la buena literatura, la supuesta mala literatura también nos regala momentos de desconexión, nos hace pensar, nos hace reír o llorar, nos indigna, nos emociona... en fin, nos llena y eso, para mí, se merece un gran aplauso.

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.

Y con respecto a la literatura infantil, ¿qué es la buena literatura? Aquí el tema es aún más complejo. Yo considero buenos libros infantiles los que respetan al lector por encima de todo, aquellos en los que el autor es consciente de para quién escribe y se vuelca en divertirle y contarle cosas interesantes. Aquellos libros escritos para recreación del autor (muchos y muy promocionados), en los que la temática es siempre la misma y que se apuntan al carro del best-seller de turno me parecen malos, pero no solo a nivel literario, sobre todo a nivel ético. Considero que escribir para niños es un compromiso, no una salida honrosa cuando no sabemos hacerlo para adultos. Los buenos escritores infantiles no necesitan usar los temas de moda y si lo hacen, siempre sabrán darle un toque especial. Y aquí mi teoría lapidaria, por muy bien escrito que esté un libro infantil, si no es capaz de divertir al niño y hacer que se lo pase bien, no es bueno.

Dicho esto, considero que hay muchísimos libros infantiles que, sin ser especialmente buenos y apuntándose a las modas, respetan al lector, le entretienen y consiguen que disfrute leyendo y eso ya tiene mérito. Lo siento, pero creo que el lector infantil es especial y no hay porque usarlo para reafirmar ideologías más o menos políticamente correctas, ni para hacer demagogia de ningún tipo. El niño es niño, no idiota y tiene derecho a leer como lo hicimos las generaciones anteriores, con libros que no los traten como si no pudieran tener ideas propias y que les permitan crecer y madurar a su ritmo.

Y, aún a riesgo de haberme metido en un jardín, aquí dejo mi cavilación de hoy, que no es ni mejor, ni peor que la de cualquiera es solo eso, una cavilación y una duda.

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.

He escrito esto al calor de una taza de té recomendado precisamente por María, la misma persona que ha inspirado esta entrada, el Earl Grey Cream y mientras me caliento las manitas con ella y os recomiendo encarecidamente que os asoméis a su blog y que probéis el té y le agradezco una carta muy especial y muchos descubrimientos maravillosos literarios y no literarios os pregunto, ¿qué es para vosotros la buena literatura?

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.


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