Esta semana cogemos el plato y nos vamos a Oriente Medio...¿que no? bueno, si te apalancas en el sofá puede que no, pero si te metes en la cocina será un 'no ni na', así que vete relamiendo porque esta receta tan sencilla que no hay fallo posible, incluso para el más inexperto.
El hummus tiene su origen en el antiguo Egipto... se ve que además de hacer buenas momias con todo bicho ya no viviente, también les salía buena la comida, tanto que la receta se extendió ampliamente por todo el Medio Oriente, parte de la cuenca Mediterránea y pervive hasta nuestros días.
Las civilizaciones antiguas siempre me han fascinado, podría pasarme horas viendo documentales y no me acuerdo ni de comer, así que con lo que me gusta la comida ya os podéis imaginar.Veo casi nada la TV, pero si por mí fuera, habría sólo 3 canales...el Canal Cocina, el Canal Historia y el National Geographic, Aparte de ésos 3, añadiría uno que a nadie se le ha ocurrido crear...uno específicamente sobre historia de la comida, el origen de las recetas, dónde aparecieron, cómo se extendieron o se perdieron, cómo se han ido modificando a través del tiempo con la aparición de nuevos ingredientes y formas de cocción, no sé, me parece muy interesante....aunque a lo mejor sería yo la única que lo viera :(
En fin, vamos al lío...que se nos va el día. De esta receta hay multitud de variantes que os iremos enseñando, pero por el momento nos atañiremos a la receta básica y deliciosamente infalible. El ingrediente principal son el hummus (garbanzo en árabe) y la tahina (pasta de sésamo), y el nombre completo es hummus ib tahina, pero como tenemos la costumbre de acortarlo todo, en hummus se quedó.
Normalmente estamos acostumbrados a tomarlo de aperitivo o de acompañamiento de algún plato, templado o del tiempo, y cada vez su consumo está más extendido, incluso puede encontrarse ya preparado en supermercados (que ni comparación en sabor con esta receta, éso os lo aseguro), pero el caso es que se toma por la mañana de desayuno y en frío...yo lo he tomado así y os aseguro que mantiene una cosa mala, como para construir pirámides vaya...no subestiméis el poder alimenticio de los garbanzos y preparad agua, que os hará falta en cantidades casi industriales jajajja es perfecto si sois deportistas o estáis a dieta.
Ingredientes:
- 400g. garbanzos cocidos
- 1 cucharada grande de tahini (ó 1 de aceite de sésamo y 1 de semillas tostadas)
- 1 taza de agua
- 2 cucharadita de comino molido
- 2 dientes de ajo
- Zumo de 1 limón
- Guindilla (opcional)
- Sal
- Aceite de oliva
- Pimentón molido
- Semillas de sésamo
- Pan de pita
- Opcional: cilantro
Para aligerar el proceso y pensando en los menos experimentados, usaremos garbanzos precocidos, que son fáciles de encontrar en cualquier supermercado. Si sois de los tradicionales, ya sabéis que debéis dejar a remojo los garbanzos secos la noche anterior y cocerlos hasta que estén tiernos, además no tiréis el agua de cocción que la vamos a usar.
Primero lavaremos bien los garbanzos, que vienen en ese líquido gelatinoso algo sospechoso y no deben quedar restos. Una vez bien limpios, los pondremos en el procesador de alimentos o en un recipiente donde puedas triturarlos bien, junto con una taza de agua. Si has cocido tú mismo los garbanzos, usa el agua de cocción.
Después añadiremos el resto de las especias y el aliño. El tahini lo puedes encontrar ya preparado en conserva en los supermercados y cada vez es más fácil de encontrar, pero si no tienes, no lo encuentras o ves que no sabes en qué usar un bote completo después, puedes sustituirlo por semillas de sésamo tostadas y aceite de sésamo o de oliva, una buena cucharada de cada. Después el ajo pelado, el comino, el zumo de limón, un poquito de sal a gusto, un toque de pimienta y un trocito de guindilla / pasta de guindilla/ o el picante que prefieras (si no te gusta no le pongas...pero le da un toque de morirse).
Ya sólo queda triturar y listo. Si te gusta la textura grumosa puedes machacarlo con un tenedor mismo, y si lo quieres súper fino, quita las pieles de los garbanzos. Como yo lo prefiero es fino pero con cuerpo, así que mantengo las pieles pero lo trituro muy bien.
Antes de servir, rectifica de sal si fuera necesario, los garbanzos suelen ser dulzones y engañan. Cuando tengas la pasta a tu gusto, para servir espolvoréala con un poco de pimentón (dulce o picante, el que prefieras), unas semillas de sésamo y un buen chorreón de aceite de oliva. Puedes adornarlo también con algunos garbanzos enteros, no es obligatorio, pero si tienes invitados y alguno se despista, que sepa qué ingredientes lleva con sólo verlo.
Se acompaña de pan de pita calentito, pero si no tienes también puedes usar tostadas o verduras cortadas en bastoncitos para mojar, sobre todo si es en plan aperitivo. Para desayunar yo lo tomo con pan de pita recién tostado y café solo sin azúcar, lista para levantar el país jajaja ¿Os atrevéis? Si sois más bien de sabores suaves, no añadáis todas las especias de golpe, id añadiendo poco a poco hasta conseguir el sabor deseado, pero si te gustan las emociones fuertes ...just give it a go!!!!
¿Qué país queréis que visitemos la próxima semana? Déjanos tus sugerencias.