Revista Opinión

Humoristas y payasos conquistan la política.

Publicado el 06 octubre 2010 por Santiagomiro
Humoristas y payasos conquistan la política. Tiririca, el payaso brasileño, se hace con un escañpo en la Cámar baja.
Humoristas y payasos conquistan la política. Chaplin conquista el poder con su humor.

Humoristas y payasos conquistan la política.
"El Gran Dictador."
Francisco Everardo Oliveira Silva, más conocido como el payaso Tiririca, se ha convertido en el diputado más votado en el Brasil. Candidato a la Cámara de Diputados en la lista del minoritario Partido de la República (PR), coalición que gobierna el país, Tiririca se hizo con un escaño en la cámara baja por el estado de Sao Paulo, tras cosechar más de un millón de votos. Uno de los eslóganes electorales presentado por el payaso, que carece de cualquier tipo de experiencia política, rezaba “¿Que qué hace un diputado federal? La verdad, no tengo ni idea, pero vote por mi y se lo cuento”. Apoyado en su popularidad televisiva, después de que asegurase, en una entrevista al semanario “Veja”, no poseer ningún bien, pues había colocado todo su patrimonio a nombre de terceros, su candidatura provoca risas e irritaciones por igual. Tiririca confiesa, en otra entrevista al diario “Folha de São Paulo”, que nunca ha votado y, cuando le preguntan por su proyecto político, responde: “Así, de cabeza, no puedo hablar, pero como tengo un equipo detrás trabajando, hay proyectos elaborados y está todo bien”. La última acción de marketing del comediante fue distribuir, principalmente entre los niños, un tebeo en que cada propuesta del candidato viene acompañada de un chiste. “Niños, pedid a papá y mamá que voten a Tiririca”, dice uno de los textos, y concluye: “Para diputado, vote o abestado” (“Para diputado, vota al burro”). El eslogan del payaso se resumía así: “Pior do que tá não fica”, (“Vótenme, que a peor no va a ir la cosa”).
No es el único humorista que aspira al poder con la risa. Ha habido ya otros que hicieron parecido. En 1981, el galo Coluche se postulaba como aspirante a la presidencia de Francia. Tenía un par de lemas con fuerza: “Antes de mí, Francia estaba partida en dos. Ahora, quedará doblada en cuatro”. Y, en la actualidad, otro galo humorista hace malabarismos con el poder. Se trata de Leo Bassi, quien, al ser una persona con una ideología comprometido e implicada, mantiene un humor nada corriente. Es provocador, grosero e impertinente. Para él, el teatro es una plataforma para exponer sus ideas, la excusa para poder criticar las injusticias y establecer una lucha a su manera. A través de los años, ha hecho estragos en las Fuerzas Aéreas Italianas, la Defensa Civil Alemana, los bomberos suizos y holandeses, ha engañado al Alcalde de Tashkent (Uzbekistan), ha lanzado una tarta a la cara del Alcalde de Montreal, ha montado un espectáculo de circo con 22 grúas en Barcelona, ha sido detenido 11 veces y le está prohibida la entrada de por vida en el prestigioso Anne Tyler Hall del Lincon Center de New York, por comerse un trozo de mierda en el escenario. Entre sus últimos espectáculos en España, hemos podido verle movilizando a cientos de personas en contra de Gran Hermano, organizando “Viaje a lo peor de Madrid”, donde provocó protestas considerables contra el Partido Popular y, en su ya finalizada temporada en el Teatro Alfil, con el espectáculo “Instintos Ocultos”.
Otro humorista que intenta tocar el poder es el italiano Beppe Grillo, dispuesto a presentarse a las próximas elecciones generales italianas, “sean ahora, sean en el 2013”. Así lo anunciaba en su blog, que cuenta con más de 160.000 entradas diarias. Tras la debacle del líder progresista, Walter Veltroni, Beppe Grillo ya presentó su candidatura para las primarias del Partido Demócrata, pero, aunque obtuvo medio millón de votos en las regionales, no fue aceptada. Ahora, el cómico, que se ríe de la derecha y de la izquierda, arremete contra los líderes progresistas y asegura que luchará por la secretaría general del Partido Demócrata. “Ellos no se rinden nunca –suele decir en sus discursos, entre críticos y burlescos en los que no se salva nadie, ni la derecha, ni la izquierda–… Nosotros, tampoco”. Sus constantes críticas a la corrupción de la clase política italiana le reportan una gran popularidad así como la censura y el silencio en todas las televisiones italianas.
En Islandia, el Partido Mejor, fundado por Jón Gnarr Kristinsson, una especie de Buenafuente islandés definido como anarco-surrealista, acaba de ganar las elecciones a la alcaldía de Reykiavik. Sin olvidarnos del actor y humorista Charlie Chaplin, quien, en 1940, hizo temblar a Hitler, Mussolini, Franco y a los “aislacionistas” norteamericanos. Lo curioso y paradójico de estos casos es que no poco jefes de Estado provocan más hilaridad y son capaces de arrancar más carcajadas que los propios humoristas y payasos que se presentan a las elecciones.

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