Revista En Femenino

I'am old but I'm happy

Por Expatxcojones

I'am old but I'm happy

Abdesalam. Tánger. 2014 .expatriadaxcojones.blogspot.com


Cada mañana bajo al café que hay en la esquina de mi calle. Es una costumbre que ya tenían mis padres, desayunar fuera, y yo la sigo manteniendo. No sé por qué pero en casa soy incapaz de comer nada.
Sólo estoy veinte minutos. El tiempo justo para fumarme un par de cigarros mientras me bebo el café y socializo con la gente. Suelo sentarme con los profesores del Instituto Español. A esa hora tienen una pausa y hay un grupito que aprovecha para venir al café.
En Tánger los cafés están llenos de hombres. Siempre hay muchos y muy pocas mujeres. Normalmente las que hay están con su pareja o en grupito y se sientan en un lugar a parte. La mayoría de cafés suelen tener un espacio reservado en el piso superior, escondido de las miradas ajenas.
Al principio me daba apuro sentarme sola. Ahora me importa un bledo. Paso de subir escaleras. Además, no me gusta jugar al escondite. Tres horas esperando a que venga el camarero. Tengo prisa. Quiero un café y lo quiero rápido.
Uno de estos días en que estaba sola, no sé muy bien cómo, me puse a hablar con un señor que estaba sentado a mi lado. Ese día hablamos un poco. El siguiente, un poco más y así, pasado el tiempo, nos hemos hecho algo así como amigos. Él me llama hermana. Yo no sé como llamarlo. Se lo he presentado al Kalvo, que al verlo, me ha dicho: “Este hombre es un homeless”. Pero yo sé que no es así. Es discreto. Quiere pasar desapercibido. La primera regla del que tiene algo que ocultar. No llamar la atención.
Se llama Abdesalam, que en árabe significa Hijo de la paz. Tiene sesenta años y habla siete idiomas:Árabe, francés, italiano, español, alemán, inglés y holandés.
Abdesalam es todo un personaje. Siempre lo encuentro en el bar y siempre está contento. Cuando lo veo por la calle, normalmente a la salida de la mezquita, suele llevar un canuto en la mano. Sus ojos brillan y él sonríe.
   —I’am old but I’m happy —me dice.
Entre café y café, me habla de su vida y, como yo soy una entrometida, aprovecho para indagar en su pasado.
   —Mis padres eran rifeños. Bereberes de la zona de Ketama —me dice.   —¿Ketama? Es la tierra del hachís ¿no?   —Es una buena tierra.   —Nunca he estado. Me encantaría conocerla.   —Cuando quieras te llevo. Tengo una casa en las montañas. Y tierras. Muchas tierras.
Me abstengo de preguntarle qué cultiva. Me lo imagino. Ketama está a 210 kilómetros de Tánger pero es otro mundo. Los principales ingresos de la población provienen del cannabis, estrella del campo desde el siglo XV. El cultivo de hachís es ilegal pero tolerado por las autoridades.
Abdesalam me cuenta que su padre luchó al lado de Abd-el-Krim el Jatabi.Un político y líder militar rifeño que encabezó la resistencia contra la administración colonial española y francesa. Junto a él lucharon muchos de los soldados rifeños que hasta entonces habían estado sirviendo al Ejército Español, como era el caso de su padre.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossiers Paperblog