Autor: "Jay Scotland" (a) John Jakes
Edita: Pinacle Books, New York, 1976
John Jakes es de la clase de autores que desde este blog nos gusta hacer conocidos. El tipo durante veinte años escribió sin descanso, publicando novelas de todo tipo y factor, con poco o ningún reconocimiento público, un profesional de la máquina de escribir todo terreno. Hasta que en 1974 la pegó con la novela de una familia norteamericana en medio de la Guerra de Independencia de ese país. El libro se volvió un best seller, haciendo que los críticos literarios hablaran de esa nueva revelación literaria, demostrando su absoluto desconocimiento de la literatura popular. A partir de ese momento, Jakes siguió (y sigue) publicando con gran éxito, convirtiéndose en un maestro de la novela histórica.
Lo mejor –desde el punto de vista de los editores – del éxito de Jakes es que había dos décadas previas de sus novelas descatalogadas que podían volver a editarse. Novelas como la que vamos a reseñar, publicada originalmente en 1959 con el seudónimo de "Jay Scotland". En 1976, apareció una nueva edición revisada por el autor –quien le sacó "unas pocas toneladas de adverbios y adjetivos" en la nueva edición, como comenta en la informativa y muy amena introducción al libro- que es la que reseñamos. En esa nueva edición se hacía lo imposible desde la tapa por relacionar la obra con la Revolución Norteamericana y la exitosa serie de aventuras históricas de Jakes. Algo muy difícil de verdad, porque I, Barbarian está ambientada en el imperio mongol de Genghis Khan, en el Asia Central del siglo XIII d.C.
¿Cómo solucionó esto el editor? Con una tapa brillante en esto de enganchar al lector. Mirenla al comienzo del artículo. El héroe de la tapa ¿no parece llevar un gorro de tres picos como los usados a fines del siglo XVIII? ¿No carga su lanza como si llevara un fusil largo de chispa? El mongol de a caballo en segundo plano ¿no tiene un airea a cowboy que está meramente disfrazado de mongol? El fondo montañoso (que parecen los Apalaches de Estados Unidos) ¿qué tienen que ver en una historia ambientada en un lugar básicamente PLANO? Y eso, sin contar el texto de tapa, que no deja olvidarnos que Jakes es el autor de la serie del Bicentenario Americano. Para mí, esta tapa es una verdadera obra maestra en esto de vender gato por liebre (o como le dice la gente más culposa, el marketing).
Una vez engañado, el lector se encuentra con una aventura protagonizada por un héroe improbable: blanco, rubio, de ojos azules y llamado James. Eso sí, criado entre mongoles. Lo hallaron de bebé junto a su padre moribundo, que venía del lejano Frankistán –un lugar tan mítico para los mongoles como su tierra lo era para los residentes en la Europa de ese período- y decidieron criarlo como parte de su familia. Así el muchacho se cria educado dentro de las tradiciones de ese pueblo, peor sabiéndose diferente a los demás. Parece que su destino es ser parte de una "posada" donde las caravanas y mensajeros de Genghis Khan repostan en el desierto. Pero esto cambia cuando llega una caravana llevando una hermosa princesa china prisionera, rumbo a la corte de Karakorum, donde vive Genghis Khan. El fugaz y prohibido amor entre ambos (sí, hay amor a primera vista) es descubierto y la vida de nuestro protagonista cambia para siempre. Su familia es eliminada y el jefe de la caravana (que será el villano de la historia y que quiere a la chinita como su concubina) le hace perder un dedo en la primera de muchas torturas que recibirá en el curso del relato. Por supuesto, tras sobrevivir, James solo quiere venganza y recuperar al amor de su vida
Para eso, James irá a Karakorum, se unirá al ejercito del Khan, peleará, será capturado, torturado, luchará como un valiente, será capturado a traición, torturado (sí, al tipo le hacen las de Caín), será esclavo, se esconderá bajo una pila de cadáveres, verá como su mejor amigo pierde los ojos para terminar enfrentando a su rival en un duelo público frente al propio Genghis para ver quién se queda con la dichosa muchacha.
La novela es así de lineal, sin descripciones morosas sobre las costumbres mongolas cuando no es necesario, con acción, acción, acción. Jakes explica bastante bien la improbabilidad de us héroe y les da a los personajes una cierta personalidad (sin irse demasiado de los arquetipos). Las páginas se pasan sin parar, haciendo que el libro sea un entretenimiento agradable (cosa que sospecho era el objetivo del señor Jakes). Y la verdad, que pase en el imperio de Genghis Khan y no en otro lado es algo más que nada anecdótico: la historia funcionaría igual en la Europa medieval, el mundo de Conan o cualquier otro ambiente de ese estilo. O sea, una novela sólida y de lectura fácil, pero que no hubiera tenido una segunda edición sin el éxito de Jakes años después.