Aun sin terminar de recuperar del todo, pero con las piernas mucho mejor de lo que esperaba tras completar el Reto 360º Solidarios, participé en mi primera competición post-360.
Serían poco más de 2 kilómetros, una distancia que para nada es la mía, pero celebrándose en mi localidad, y por supuesto, siendo por la causa que era, no podía perdérmela.
Sobre las 9 y media de la mañana llegué, con Mayte y Runner, el cachorro que adoptamos el mismo día de mi retorno a Fuengirola, y nos encontramos con mis padres y varios compañeros del Club Atletismo Fuengirola.Mis padres se iban a encargar de recogerme el dorsal, pero... ¡no había dorsal que recoger!
Me extrañó porque siempre que he participado en una carrera he llevado dorsal, pero siendo por la causa que era, lo que menos importaba era competir; además solo por participar nos entregaban una camiseta conmemorativa y reivindicativa, con la que me vestí sin dudarlo, como el 99% de los corredores que allí nos encontrábamos.
Fui saludando a amigos y conocidos, como David, miembro del Club Atletismo San Pedro y forajido, y a varias personas que me habían conocido recientemente debido al reto solidario que efectué junto a Pascal y Paco a beneficio de la Fundación Cudeca hacía ya una semana.
Mientras se celebraba la carrera de los peques aproveché para ir al baño en el ayuntamiento, y una vez terminé, me dirigí a la zona de salida.
La primera fila estaba atestada de chavales, entre los que destacaban varios corredores que conocía de otras pruebas, como Alfonso, que ganó con dominio la I Milla Solidaria Fuengirola "Un Sol de Ciudad".
Me coloqué junto a ellos, y tras la explicación del recorrido por parte de Agustín Molina (prácticamente un cuadrado de 2 vueltas compuesto por la Avenida Sáenz de Tejada, Calle España (leve bajada), Paseo Marítimo y Marconi (leve subida) hasta volver a la Avenida, se dio la salida.
Gran participación en esta I edición
Los ciclistas del evento
¡A la carrera!
Una corredora y cuatro corredores, de los que solo conocía a Alfonso, salieron al galope detrás de los ciclistas que nos guiarían en la primera vuelta, y tras ellos, me lancé yo.
Me noté algo pesado de piernas, pero no me costó mucho trabajo seguirles (y adelantar ya a alguno) hasta el primer giro a la derecha, hacia calle España.
Me tuve que abrir muchísimo para coger bien la curva (los huaraches con los que corrí, las Simna 3, tienen casi 900 kilómetros encima, y aunque no se han desgastado en exceso, pueden patinar en giros de 90º a ritmos tan elevados), me estabilicé como pude y volví a acelerar aprovechando que la pendiente jugaba a nuestro favor.
Había cubierto esos primeros 400 metros a un ritmo de 3:02 minutos por kilómetro, excesivamente rápido, y Alfonso y los otros tres corredores que llevaba por delante comenzaban ya a distanciarse.
Debería haber frenado más, ya que notaba que comenzaba a faltarme el aire (no suelo correr en anaerobiosis y me resulta especialmente incómoda la sensación y el agobio que conlleva), pero me veía tan cerca de la cabeza de carrera que traté de alcanzarlos.
Llegué al giro hacia el Paseo Marítimo casi alcanzando la cuarta posición, pero perdí metros abriéndome tanto en ese giro como en el giro hacia la peatonal Calle Marconi, donde casi me como una cabina de teléfonos.
La cabeza de carrera se me escapaba, pero ya solo quedaban 3/4 de ascenso para completar la primera vuelta... tenía que intentar atacarles y mantener la posición en la segunda vuelta, si se me escapaban ya no habría manera de hacer un buen tiempo.
Si os lo preguntábais, en efecto, el "ganarles" o no no me importaba, pero cuando coincido con corredores de tanta calidad me encanta probarme y seguirles durante el máximo tiempo posible para ver de lo que soy capaz.
Lo mismo hice el mismo sábado sin ir más lejos, con Bodo Kieckbusch y Osama Rmidi en un entrenamiento solidario a beneficio de Cruz Roja y Avoi, tras cuya ida hicimos 5 kilómetros en 18:34, un tiempo que a principios de año hubiese sido mi mejor marca personal en la distancia, con creces.
Después del reto había realizado apenas 60 kilómetros, a ritmos entre 4:40 y 5:30, por lo que la oportunidad era perfecta para comprobar si tras los casi 700 km recorriendo la provincia de Málaga, seguía teniendo chispa.
Aceleré, marcando el GPS a 2 boca calles de la Avenida el primer kilómetro; 3:13, el segundo kilómetro completo más rápido que recorro, tras el 3:12 en el último kilómetro de la LIX Carrera Urbana Feria de Nerja.
Al volver a la Avenida de inicio me encontraba en tercera posición, aunque Alfonso estaba intratable y sin duda no habría manera de seguirle, y el segundo corredor en cabeza estaba a bastantes metros...
Habría que intentar mantener el ritmo, y ya que estábamos, la posición.
Intenté abrirme menos en el giro hacia Calle España, pero tuve que rectificar y abrirme de golpe para volver a cerrarme, ya que casi me como a un par de mujeres que iban caminando.
Es lo malo de los circuitos cortos, los doblajes, y siendo la causa la violencia de género, cuantas más personas se solidarizasen, mejor, ni los que queríamos correr teníamos ningún derecho sobre los que solo querían completar la distancia andando, ni a la inversa; no obstante, podría haberse avisado al comienzo de la prueba que los que no quisiesen correr, se colocasen en el lado izquierdo de la calle, para no provocar aglomeraciones.
Miré hacia el fondo de la calle y solo veía una marea rosa, entre la que pude distinguir la camiseta azul de Alfonso no demasiado lejos, avanzando todo lo rápido que podía.
Entre zigzagueos , algún codazo que me llevé y también algún aplauso, llegué al Paseo Marítimo, escuchando paso cada vez más cerca detrás de mi.
La carretera estaba llena de marchadores, y si me abría tendría casi que cruzar al otro lado de la carretera para volver a subir por Marconi, así que hice un corte diagonal aprovechando las bajadas de los dos pasos de cebra.
Comenzando la maniobra vi por el rabillo del ojo como me adelantaba uno de mis perseguidores, al que mantuve la posición justo antes de entrar a Calle Marconi.
Iba ya exhausto (tengo muy poca tolerancia a los ritmos tan elevados), pero sabía que quedaban menos de 500 metros para el final de la prueba... volvía a escuchar pasos detrás de mi, comenzaba a notar la pendiente, muy tenue, en contra, y tenía que ir corriendo de lado a lado de la calle para adelantar, intentando evitar el tramo central, mojado, donde patiné con las huaraches pasada la boca calle de Palangreros.
Me adelantaron de nuevo; 5ª posición.
Sonó el GPS, una boca calle más arriba que en la primera vuelta; segundo kilómetro, ritmo medio 3:19.
Llegué a la Avenida y giré hacia la izquierda, justo a tiempo para ver el sprint final de Alfonso y la llegada a meta de los corredores que iban por delante de mí.
A mi paso por la Policía Local, a 50 metros de acabar la carrera, pensé que podía adelantar a los dos corredores que llevaba delante, pero cuando comencé el sprint ya no había espacio suficiente para ello.
Crucé los 2.250 metros de la prueba (según mi GPS) en 7:15.2, con el último parcial en 3:03 min/km, y en quinta posición.
Al llegar vi a dos cronometradores con una libreta para anotar la posición de llegada, pero como solo tenían a los 3 primeros masculinos y femeninos (estaban acabando de rellenar el nombre del segundo clasificado), continué.
Un voluntario me entregó mi medalla (habría para los primeros 100 participantes), y me dirigí hacia el banco donde mi familia y Runner me esperaban.
Estaba bastante sediento, pese a haber pasado menos de 10 minutos corriendo, así que me acerqué al puesto de Herbalife y a la mesa de avituallamiento.
Poco a poco fueron llegando los corredores, de cuya llegada fue testigo Mayte con su cámara (en cuanto pueda subiré las fotos).
Louai, mi padre, servidor y Sergio; dos promesas del atletismo local
Estaba cogiendo frío y atravieso un catarro bastante complicado (las defensas llegaron hechas mixto tras el reto), por lo que una vez acabada la prueba y tras despedirme de mis compañeros y amigos (como Pedro o Dani, conocido del Strava al que desvirtualicé en la prueba), decidí volver a casa.
El ambiente era muy bueno en la plaza, pero estoy a una semana de correr la maratón de Málaga y bastante difícil será llegar en 3 horas sin tener el resfriado presente...
Aun así acabé muy contento con mi rendimiento en la prueba, tardé un poco en arrancar y me noté lento, pero los tiempos indicaban todo lo contrario, mejorando incluso mi mejor tiempo en milla en 3 segundos, de 5:19 a 5:16.
Con esto finalizo mi última aventura, continuaré subiendo las crónicas del Reto 360º en cuanto vaya teniendo hueco, a ver si puedo llegar al ecuador antes de correr la maratón.
Me despido, como siempre, con lo que más y menos me gustó del evento; ¡un abrazo!
Lo mejor
-Que cada vez tenga más fuerza el atletismo en Fuengirola, espero el éxito de eventos como éste sirva de impulso para consolidar el recientemente recuperado Circuito de Carreras Urbanas y fomenten el atletismo.
-La causa que promovía, la violencia de género, toda una lacra social de la que por desgracia siguen surgiendo casos; espero que la jornada sirviese para concienciar a la población de la importancia de denunciar estos casos, y sobre todo, promover el mensaje tanto a las mujeres como hombres maltratados (que también los hay) de que no están solos.-Los detalles con los corredores, que por 3 euros de inscripción teníamos camiseta y los 100 primeros participantes, medalla, así como todos los participantes de la prueba infantil.
A mejorar-El detalle que más feo me pareció, aunque parezca una tontería, es el mensaje grabado en las camisetas y medallas, "Fuengirola Contra la Violencia Machista"; personalmente hubiese empleado el mismo término que en el nombre de la prueba, "Violencia de Género", que incluye ambos sexos, hombre y mujer.
Con el mensaje grabado, que sin duda, no es malintencionado, se deja fuera la violencia de la mujer en contra del hombre, tan deleznable como la del hombre a la mujer; entiendo que el caso más extendido, por desgracia, sea la violencia ejercida por hombres en contra de mujeres, pero pienso que lo importante es eliminar todo tipo de violencia, sea cual sea el género que la ejerza.
-Por otro lado, la difusión de la prueba podría haber sido mayor, ya que me enteré en cuanto se abrió el plazo de inscripción, al tener una relación muy estrecha con los clubes deportivos locales, pero tengo amigos y conocidos que se enteraron de la prueba durante la celebración de las actividades de animación post-carrera, o esa misma tarde.
-Y para acabar, el diseño del circuito, no porque no esté bien planteado, sino porque en este tipo de eventos hay que tener en cuenta que puede haber hasta más marchadores que corredores, por lo que lo ideal es hacer un circuito a una única vuelta, o si no hay más remedio que establecer 2 o más vueltas, avisar al comienzo de la misma para evitar problemas en los doblajes.