I Lunghi Capelli della Morte / La Larga Cabellera de la Muerte (1964)
Por Rawpower
Hace unos días comentaba en estas páginas Danza
Macabra una de las obras emblemáticas de Antonio Margheriti, pero desde
luego no la única; el cine de este realizador es único en su concepción del
espacio, de la planificación, del encuadre maestro, de la exploración del alma
humana a través de sus debilidades, anhelos y miedos; es en definitiva un cine
para disfrutar del horror en mayúsculas cargado de penumbras góticas y
malsanas, pero excitantes, pulsiones sexuales. I Lunghi capelli della morte
forma parte junto al El Justiciero Rojo (La Vergine di
Norimberga, 1963) y la película mencionada unas líneas atrás, una
especie de tríptico donde los elementos para definir y mostrar el terror se
podrían definir clásicos en sí mismos; un imaginario lleno de castillos,
presencias sobrenaturales, remordimientos, venganzas, asesinatos, odio y una
muy ajustada amoralidad de tono marcadamente libidinoso. Estos elementos pueden
parecer actualmente manidos y completamente superados, pero es indudable que en
su momento hicieron toda una revolución dentro del cine de terror, propiciando
una corriente o género que la industria del entretenimiento explotó hasta la
saciedad con el beneplácito del público, ávido de sensaciones terroríficas.
El film que hoy nos ocupa es una muestra más del
marcado y personal carácter de Margheriti; rodada en un soberbio blanco y negro
y localizada casi en su totalidad en las dependencias de un gran castillo, el realizador nos propone un
macabro viaje de una elegancia fílmica y agilidad en su desarrollo
verdaderamente digna de elogio, alcanzando momentos o secuencias hermosas y
delicadas que no obstante exhalan un aire insano realmente perturbador.
El argumento, muy cercano a la maravillosa La
Máscara del Demonio de Bava, plantea una historia mil veces utilizada
en el cine gótico: la historia de una mujer traicionada, despechada y finalmente
asesinada que vuelve de la tumba para cobrar debida venganza. No es original
pero no le hace falta, la película plantea en sí misma muchas virtudes que no
se destilan de su argumento, más bien explota esa situación intensificando la
atmósfera y jugando constantemente con lo 'real' y lo 'irreal' en un perverso
universo cerrado en sí mismo. La película se inicia con la quema de una
supuesta bruja en la hoguera, la mujer proclama su inocencia hasta que las
primeras llamas lamen su cuerpo, en ese momento una maldición vociferada a
pleno pulmón sale de su garganta, dándonos una primera aproximación de la
sugestión que pretende conseguir el director, ¿es una bruja o no lo es? esa
pregunta queda sin respuesta pero abre la puerta al juego de la ilusión mencionado
anteriormente. La inclusión del fuego como elemento purificador no es gratuito
(el film finaliza con otro ritual purificador en medio de las llamas), así
mismo la poderosa iconografía utilizada durante todo el metraje y las hermosas secuencias oníricas utilizadas
para reforzar momentos puntuales de la acción dan fe de la creatividad y la
fina labor de orfebrería cinematográfica que estos artesanos realizaban.
En las labores actorales hay que mencionar, cómo
no, a Barbara Steele que vuelve a realizar otro de esos papeles (magnéticos /
carismáticos) que la elevaron a los altares de las primeras damas del terror
gótico; su papel como Helen Karnstein
evoca sin ambages la dualidad de la mujer como 'femme fatale' al uso. Excitante
y carnal en un principio, estos atributos, sin embargo, la condenan a ser
asesinada para posteriormente re-encarnarse en busca de venganza y redención,
un alma en pena que como en su vida 'real' utilizará sus encantos para crear un
laberíntico entramado donde el hombre (en un principio, la amenaza) se
convierte en un pequeño e insignificante ser manipulable y condenado de
antemano. Acompañando a la actriz tenemos a una encantadora y bastante
misteriosa Halina Zalewska que interpreta Elizabeth Karnstein, a George
Ardisson quizás lo peor del film (por su interpretación teatral y sobreactuada)
y a los inconmensurables Giulanio Raffaelli y Nello Pazzafini impresionantes en
sus respectivos (pero casi testimoniales) papeles.
Es justo mencionar que la película tiene lagunas
en su continuidad y los diálogos presentan una tendencia a la reiteración a
veces tediosa y anti-climática, pero por lo menos para mí estos defectos son
sólo un grano en una inmensa playa de aciertos. I Lunghi capelli della morte
es una nada desdeñable muestra del gótico italiano, donde aparte de los
elementos comunes en ese género, encontramos grandes hallazgos visuales y
estilísticos que harán las delicias de cualquier aficionado al género.
Bueno amigos/as de El Terror Tiene Forma, por hoy ya está bien, saludos!!!.
Ficha Técnica
Año: 1964 / Director: Antonio
Margheriti / Productor: Felice Testa Gay /
Guión: Antonio Margheriti, Ernesto
Gastaldi, Tonino Valerii / Fotografía:
Riccardo Pallottini / Música: Carlo
Rustichelli / Dirección Artística:
Giorgio Giovannini / Maquillaje: Florence
Clark, Edmund Stroll / País: Italia
/ Duración: 100m. / Formato: 35mm / Proporción:
1.85: 1 / B/N
Ficha Artística
Barbara Steele, George Ardisson,
Halina Zalewska, Umberto Raho, Laura Nucci, Giulianio Raffaelli, Nello Pazzafini,
Jeffrey Darcey