Revista Televisión
El verano pasado maratonée las tres primeras temporadas de "Breaking Bad". Este año, no sólo iba a seguirla a ritmo de emisión, sino que además, no pude hincarle el diente a la cuarta temporada hasta emitidos los ocho primeros capítulos. Por supuesto que me los maratonée, pero los últimos cinco han sido semanales...un auténtico calvario. Así que no sigas leyendo porque toca repasar esta magnífica cuarta temporada.
La temporada comenzó en el mismo sitio en el que lo dejamos: con Jesse en la puerta de la casa de Gale después de apretar el gatillo. Con el sustituto fuera de juego, Walter confiaba en que sus problemas se reducirían un poco. Pero las pistas dejadas en la casa, unidas a la inteligencia de Hank, hicieron que el caso estuviese muy lejos de ser resuelto. Gus dejó muy claro que un simple cutter en sus manos se convertía en un arma muy peligrosa. Tras haber matado a Gale, Jesse volvió a bajar a los infiernos, lo que le llevó a convertirse en compañero de viaje de Mike y en el nuevo Gale. Además presenció la escabechina que organizó Gus con el cártel mexicano. A su vez, las medidas de seguridad en el laboratorio aumentaban, alcanzado su punto máximo con la colocación de cámaras de seguridad.
Walter veía cómo su cuñado iba siguiendo todas las pistas que le llevaron a sospechar de Gus, lo que incluyó viajes a "Los Pollos Hermanos" y excursiones a la lavandería que se quedaron a medias. Mientras tanto, Skyler fue tejiendo una mentira que le llevó a ella y a Walter a comprar el lavadero de coches en el que estuvo trabajando Walter al principio de la serie. El matrimonio White recuperó momentáneamente la pasión y confesaron que Walter había tenido problemas con el juego. Aunque no fue lo único que Walter confesó, ya que dejó muy claro que "Había un genio que andaba suelto". Además se puso peligroso, convirtiendo a Skyler en "la protectora que protege del protector a la familia". Ella supo jugar muy bien su papel, librando a Ted de sus deudas y alejando a Hacienda de convertirles en su objetivo. Pero Ted era incapaz de tener dinero y no gastarlo y terminó muriendo tontamente.
Después de conocer el pasado de Gus, y el por qué de su situación actual, Jesse le pidió que, a cambio de ser el nuevo cocinero, liberase a Walter, algo impensable, y que terminó con la famosa escena del desierto en la que Walter recibió las amenazas que le hicieron cambiar de ver su situación actual. Que fue lo que le llevó a protagonizar la escena (en el 4x11) que le hará ganador del su cuarto Emmy: tirado en el escondite del dinero histérico perdido, a la vez que Skyler recibía la llamada de Marie en la que le contaba que Hank volvía a estar en peligro.
Walter y Jesse vivieron una crisis muy gorda en su relación, que además de una pelea, incluyó a Jesse apuntando a Walter con una pistola. Pero esta crisis (provocada por las sospechas de Jesse de que el hijo de Andrea había sido envenedado), les llevó a trazar un plan final que tenía como único objetivo la muerte de Gus. Y aunque el primer intento fue fallido, Walter ha sabido aprovechar a Héctor Salamanca, colocando su bomba casera en su silla de ruedas, y haciendo volar a Gus, a su esbirro y al propio Héctor. Y a continuación, Jesse y él han incendiado el laboratorio, haciendo desaparecer todas las pistas que les pudiesen vincular al mismo.
Ha sido un señor temporadón. Bryan Cranston ganará un nuevo Emmy, y se hará con el Globo de Oro, que se le está resistiendo. Y voy a reivindicar a Anna Gunn, porque ha tenido un papelón esta temporada. Pero su parte era la "comedia" del drama, así que tendrá difícil recompensa. Y Aaron Paul, cuyo Jesse Pinkman ha tenido una temporada de altibajos, también debería repetir Emmy.
¿Y ahora qué? Walter ha ganado, pero AMC renovó la serie por una quinta y última temporada de 16 episodios. ¿Qué nos van a contar? ¿Seguirá Hank tirando del hilo? ¿Descubrirá Jesse que Walter sí envenenó al hijo de Andrea? ¿Qué hará Mike cuando se entere de la muerte de Gus? A todo esto habrá que sumar la preocupación de Skyler al ser consciente de la persona en la que se ha convertido su marido. Y que Walter tiene que morir, que no deja de estar enfermo de cáncer. O muerte o prisión. Y que es el pobre Jesse el que pagará el pato.