En esta era de imparable desarrollo, la tecnología ha adquirido un carácter omnipresente y nuestra relación con ella se acerca en ocasiones a la idolatría. Su capacidad de creación de imágenes ha construido nuestra visión del mundo a través del cuadro de la pantalla. Sin embargo, la propia naturaleza humana nos caracteriza como seres visuales, y las claves de la tecnología radican en la mayor potencia humana: la imaginación.
Invito a todos a pensar al respecto, a este gobierno le falta imaginación, a nuestros empresarios, a nuestras instituciones, pero y ¿ a cada uno de nosotros?
Les aseguro que todos los que han hecho los grandes cambios en la humanidad, los grandes descubrimientos, los más osados diseños, las más ambiciosas empresas han sido llevadas a cabo por personas con mucha imaginación. Imaginaban cómo iba a ser algo y luego se decían a sí mismos como los niños: Yo quiero.
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