Revista Ciencia

ID4: Satélites explosivos

Publicado el 16 enero 2013 por Alf

Durante estas fiestas, pusieron en la tele por enésima vez la película Independence Day. De casualidad, me fijé en un detalle en el que no había reparado con anterioridad: cuando llega la nave nodriza alienígena, se nos muestra un plano de un satélite artificial, que poco a poco se va alejando de la cámara y acercándose a la nave, empequeñeciendo cada vez más, para que los espectadores veamos que la nave extraterrestre es muy grande. Finalmente, el satélite es embestido por la nave nodriza, y explota en una gran bola de fuego.

Bueno, bueno. No voy a disertar sobre si las explosiones como esa son posibles en el espacio, ya que escribí hace tiempo sobre ello, comentando que en algunas circunstancias podría ser posible. Tampoco explicaré que un golpe a un objeto con material inflamable, no produce necesariamente una explosión, como también hice en otro momento. No. Lo que voy a hacer es recordar una perogrullada: para tener una gran llamarada, necesitamos combustible (y uno que produzca llamas visibles).

Un satélite artificial apenas tiene combustible, puesto que apenas necesita variar su trayectoria. Como sabéis, un cuerpo en órbita está en caída libre. El objeto tiene una determinada velocidad inicial (proporcionada por el lanzamiento) y la gravedad terrestre curva su trayectoria, cerrándola alrededor de nuestro planeta. Como a esas alturas apenas hay resistencia del aire, el objeto se mantiene ahí, rodeando la Tierra a gran velocidad, una y otra vez, sin más acción que la de la propia gravedad terrestre. No hace falta ningún tipo de motor o propulsor para que un satélite se mantenga en órbita.

Para proporcionar energía a los diversos aparatos del satélite, se utilizan paneles solares, que estamos acostumbrados a ver en las fotos. Únicamente llevan una pequeña cantidad de propelente para pequeñas correcciones de trayectoria. En un mundo ideal, ni siquiera lo necesitaría, pero en el mundo real, aún hay alguna molécula de aire por allí arriba que puede frenar el satélite a largo plazo, o puede que un minúsculo error en la trayectoria inicial o alteraciones debidas a la gravedad de otros cuerpos (como la luna), necesiten correcciones con el tiempo. Pero como he mencionado, la cantidad de combustible que llevan es muy pequeña. Sin embargo, por la explosión que vemos en la película, parece que el satélite está repleto de material inflamable (y el correspondiente oxidante).

Hay otro detalle importante, y es que el propelente que llevan los satélites suele ser hidrazina (N4H4) o derivados de ella. Una de las características de este compuesto, es que arde sin llama visible. Así que aún en el caso de que una colisión rompa los tanques de forma que el combustible y el comburente se mezclen de forma adecuada y produzcan una combustión, no veríamos llamaradas de ningún tipo.


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