Revista Opinión

Idea de Europa frente a la anomalía española

Publicado el 08 marzo 2012 por Vigilis @vigilis
En las Olimpiadas de Berlín de 1936,los equipos que desfilan ante el palco de autoridades presidido porHitler, tienen diversos comportamientos. Estados Unidos y GranBretaña desfilan enfadados, ni miran al palco. Alemania, Austria eItalia, saludan con el brazo en alto. Curiosamente Francia y Greciatambién desfilan con el brazo en alto. El cobarde y apaciguadorgobierno francés del Frente Popular luego sería fuente de grandeshéroes antinazis, una vez que los americanos les sacaron lascastañas del fuego.

La URSS y España boicotearon esasOlimpiadas (organizaron unas “Olimpiadas Populares” en Barcelona,y bueno, España estuvo a puntito de enviar delegación a Berlín,pero es una historia muy larga).
Es curioso cómo pocos años después,esos comportamientos tienen su reflejo en las alianzas de la guerra.El bloque angloamericano por una parte, la entente nazifascista en elcentro de Europa (voluntarios franceses de la división Waffen SSCharlemagne fueron los últimos que se quedaron defendiendo Berlínen el 45, los ingleses tuvieron que hundir la flota gabacha enArgelia para que no se sumara a las fuerzas alemanas, etc.) y laUnión Soviética en el este, tragándose medio continente ypropiciando cosas extrañas, como que la democracia finlandesapidiera auxilio a la Alemania nazi. En la Guerra de Continuación, laflota inglesa llegó a atacar a los finlandeses, un episodio pococonocido y muy vergonzante para los defensores de la democracia, bueno, son cosas que pasan.Idea de Europa frente a la anomalía españolaPoniendo en contexto las cosas, estoscomportamientos a nivel nacional, se repiten. Es como si existieraalgún tipo de “memoria política” o incluso algún tipo de“Destino Manifiesto” a pequeña escala en varias nacionesvecinas. Hoy, el Reino Unido va a su bola: no entran en el euro niborrachos, conducen por la izquierda,... tiene mucho éxito esepensamiento tan británico-imperial que reflejaba el Times deLondres hace cien años: cuando se cortaba el cable telefónico delCanal de la Mancha, titulaban: “el continente se quedaincomunicado”. Mola ¿eh? Hágase notar que el Reino Unido fue unimperio que no ha tenido que padecer la aciaga losa de una LeyendaNegra. No solo tienen un orgullo histórico envidiable, sino que elno padecer esa leyenda tiene también su reflejo en el mundo de losnegocios y las relaciones diplomáticas.
Luego tenemos a Alemania. Los alemanes,desde el Segundo Reich, tienen una especie de obligación moral detener el dominio de la Europa continental. Lo intentaron con variasguerras y hoy prueban una nueva vía, más que nada porque la víamilitar es imposible gracias a los Estados Unidos. Esta nueva vía esla Unión Europea. La UE es el marco en el que Alemania se expresahacia fuera. Es el contenedor que desborda las fronteras alemanas. Noes casualidad que en la guerra de los Balcanes, los nuevos paísesempezaran por utilizar marcos alemanes. El espacio demográfico yeconómico de Alemania en Europa es desproporcionadamente alto. Comosucedió con Prusia durante la unificación alemana, es el buey quetira del carro.

Idea de Europa frente a la anomalía española

Resultados elecciones polacas de 2007 y encima un mapa del Imperio Alemán. Vía Think Progress

Idea de Europa frente a la anomalía española

Nukeometer

Frente a Alemania está Francia.Nuestros amigos los gabachos tienen su propia concepción francesa delo que debe ser Europa. El napoleónico “rapto de Europa” no sólocreó nuevos pequeños estados (con nombres muy bonitos comoEtruria), sino que exportó ciertos principios revolucionarios en unnovedoso código civil cuya influencia es hoy patente (dato: elestado de Luisiana sigue empleando el código napoleónico). Resistirpor los pelos en la guerra del 18 les sirvió para mantener la moral(la “grandeur”, etc). Como el Reino Unido, Francia desconoce unaLeyenda Negra.
Y luego está el caso español. Laanomalía española, podríamos decir. España nunca ha estado muy agusto con imposiciones externas. Ay de los lansquenetes alemanes ymosqueteros franceses que se acercaran mucho a un convoy en el CaminoEspañol. Ay de la Grande Armée que empezó su derrota en España.Ay de ese Plan Marshall que nunca llegó a España. Yo sostengo latesis de que nuestra historia hace que podamos leer a España como laprimera nación americana.

Idea de Europa frente a la anomalía española

Bandera de Alabama. Me recuerda a algo.

La Monarquía Hispánica como segundaRoma, que se enfrentó a los elementos y en lugar de poner a losindios a sólo cavar en la mina, levantó universidades y abriócaminos. No solemos darle mucha importancia a la idea de que enMéxico y Perú hubo imprenta antes que en muchas ciudades europeas.Los españoles como descubridores/constructores pertenecen a nuestroacervo de forma fundamental si tratamos a la Leyenda Negra como unasimple propaganda similar a la de la Ochrana y su libro Protocolosde los Sabios de Sión, que tanto daño hizo. Esta Leyenda, que hemos interiorizado hasta el punto demarcar la pauta de nuestros estudios historiográficos (y currículosacadémicos en las escuelas), también tiene influencia en el mundode los negocios. No somos capaces de creernos lo que somos capaces dehacer. Para acabar de arreglar la cosa, tuvimos que aguantar a unespadón decimonónico con el que se estancaron los peores viciospolíticos que hoy refleja nuestra desnortada clase dirigente entodos los partidos y bandas de pillos habituales.
Estas tres visiones: la inglesa quemira por encima del hombro, la francesa y alemana que compartenobjetivos de dominio y por lo tanto se tienen que poner de acuerdopara tirar de la cosa europea, y la española, con un potenciallatente debido a la languidez que sigue a la pena; son las visionesque determinan el juego político de la construcción europea. Esdecir, los pulsos nacionales hacen de Europa un quiero y no puedodebido a destinos manifiestos diferentes. De momento, gana la opcióncongeladora francoalemana, esto es, el “pacto francoalemán de noagresión” que supone no avanzar en ninguna dirección, pero conlas crisis griega e italiana, con un Portugal que es poco más queuna región española (en términos comerciales) y una España que noacaba de caer aunque tenga números macroeconómicos de posguerra, lacosa dista mucho de estar cerrada. El cuadro europeo todavía no estáterminado, quién sabe si somos capaces de levantarnos, aunque sealenta y doloridamente, y poner sobre la mesa otro modelo europeodiferente al francoalemán. Quién sabe si más pronto o más tardeenjugaremos las lagrimas y miraremos con claridad hacia el mar. Hayrumores de que más allá del inmenso mar hay una tierra pordescubrir.

Idea de Europa frente a la anomalía española

Dolor de cabeza proporcionado por Big Think

Lo único claro es que no hacer nada-la mencionada estrategia de congelación francoalemana-, no es unaopción. Mantener el sueño de una unión monetaria sin una uniónpolítica es algo que sólo responde a estrategias soberanas de dosfuerzas enfrentadas en el centro de Europa. Si se les cae elchiringuito, Berlín y París puede que no sean los que más seresientan en sentido material, pero en sentido formal sería unatragedia para ellos que se creen llamados a liderar un proyectoeuropeo. Es ilusorio pensar que estas naciones puedan ignorar lo queesconde el baúl del abuelo y ponerse a competir en un mundo en elque ya no pueden desindustrializar el sur europeo para tener unaclientela de consumidores no productores. Un mundo en el queidealmente se deberán enfrentar en soledad frente a China, Japón olos Estados Unidos. Eso ya no puede funcionar ni está en sus planes.Una nación de 60 millones de habitantes, jamás tendrá la mismacapacidad de influencia sobre otra de 400 millones o de 1.500millones.
Ojo, no digo que un estado de 60millones de habitantes no pueda competir en el mundo y ser muypróspero. Digo que si ese estado tiene marcado a fuego un ciertodestino manifiesto, por mucho que progrese en lo material, en elplano formal habrá fracasado. Si el único objetivo de las nacionesfuera aumentar las vacaciones y subir la renta per cápita, nodiscutiríamos este tipo de cuestiones: optaríamos por dictadurastecnocráticas, con más o menos esfuerzo sería posible aumentar elbienestar a largo plazo. Las naciones no dejan de compartir con otrascierta biocenosis. Las naciones son actrices en un teatro que podemosmirar con perspectiva histórica. Y esta perspectiva histórica esnecesario tenerla presente porque explica muchas decisiones del díaa día, en el plano internacional, sí, pero también en los modos ycostumbres de las empresas, en las relaciones humanas y en lasexpresiones culturales.
En el tintero queda la idea de queReino Unido y España lleguen algún día a establecer relaciones másinteligentes. Esos piratas saben pilotar los barcos casi tan biencomo nosotros y no pocas veces hemos sangrado juntos. Si nosacercáramos mutuamente dejando atrás los recelos, puede quetuviéramos unos interesantes deberes para Europa.
Más:
  • Redondo, Agustín. El discurso sobre Europa del doctor Laguna (Colonia, 1543), entre amargura y esperanza. Madrid. Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, p. 261 - 275 (Volumen 3).

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