Muchos fotógrafos profesionales se pasan al mundo virtual para ofrecer sus servicios y vender sus trabajos. Pocos son hoy en día los que se dedican a abrir una tienda de revelado si lo que de verdad les gusta es el mundo fotográfico, pues su creatividad evidentemente se ve limitada.
Si eres fotógrafo y buscas un modo de ganar dinero con tu trabajo, si te gusta la fotografía a nivel aficionado o si estás buscando un modo de emprender tu propio negocio en Internet, existen varias fórmulas que te pueden ayudar a monetizar tu trabajo con la venta de imágenes. Dos de ellas son:
- Apuntarte a una página de venta de fotografías en línea como Deviantart, en las que necesitas comprar una membresía que te permita exponer tus trabajos y ponerles un precio. La página se lleva una comisión por cada venta y el resto lo recibe el autor.
- Crear tu propia página web en la que vender directamente tus fotografías. Los beneficios los gestionamos directamente nosotros y trabajamos por nuestra cuenta.
Ventajas e inconvenientes de vender fotos por Internet en páginas de terceros
La ventaja principal de vender imágenes en una página como Deviantart es que son miles los usuarios que la conocen, y por lo tanto el número de visitas ya es de por sí elevado.
Esta puede ser una buena manera de identificar las tendencias de los compradores y ofrecer nuestros trabajos más adecuados.
En este tipo de páginas se puede vender un trabajo en exclusiva o de manera masiva, aunque no en todas ellas se pueden hacer las dos cosas.
Uno de los inconvenientes más importantes a la hora de vender a través de este canal son las comisiones. Algunas de las páginas de venta de imágenes se quedan con un porcentaje muy elevado del precio de la fotografía, mientras que otras además tienen una cuota fija mensual, lo cual supone un gasto incluso aunque no se haya vendido una sola fotografía durante todo el mes.
Otro problema es la cantidad de trabajos que ya hay en las páginas, lo cual hace más complicado aparecer en una posición atractiva para la venta de nuestras fotografías, de modo que si se busca una alta rentabilidad, puede que no sea la mejor alternativa.
Montar nuestra propia página de venta de imágenes
Otra solución es poner en marcha nuestro propio proyecto y vender fotos en Internet por nuestra cuenta. Para ello nos hará falta una plataforma bien diseñada, como una tienda en línea o un CMS con portfolio en el que mostrar las imágenes y poder recibir pedidos.
Si nos decidimos por este sistema, las ventajas principales son:
- No tenemos que pagar comisiones a nadie.
- Podemos poner los precios que queramos.
- Recibir encargos personales es posible, de modo que podemos hacer trabajos específicos previa petición de los clientes.
No obstante, también hay algunos inconvenientes:
- Nuestra página no es conocida, por lo que al principio no vamos a recibir un aluvión de visitas y compras.
- Tenemos que pagar el hosting y el dominio (Infórmate sobre el alojamiento más adecuado y económico en nuestro apartado de mejores precios de alojamiento web).
- Necesitamos ofrecer garantías a los clientes para que confíen en que los trabajos son exclusivos, en el caso de que los compren en esa modalidad.
- Podrían robarnos las imágenes si no contamos con un buen sistema de seguridad.
Claro está, todos estos inconvenientes se pueden solucionar tomando las medidas adecuadas, como por ejemplo contando con un sistema de seguridad en línea que bloquee cualquier intento de violación de la página, o creando una campaña de Adwords con la que posicionar nuestro sitio en los primeros puestos de búsqueda mientras subimos posiciones de manera natural.
Aunque está muy de moda el uso de imágenes libres de derechos para crear contenidos en páginas web y blogs, todavía hay mucha gente dispuesta a pagar por fotografías de calidad que no tengan otros, y ahí es precisamente donde está el nicho de mercado.
Si creamos una página propia en la que vender nuestras fotos en Internet y cuidamos los contenidos, por ejemplo apoyando el proyecto con un blog en el que hablemos del mundo fotográfico, puede que nos hagamos un hueco vendiendo nuestros trabajos.