Revista Sexo
Identidad y Fútbol: El Barcelona como Símbolo de Subversión Política
Por Ignaciobellido @ElEfectoBellidoEl Fútbol Club Barcelona tiene como eslogan “más que un club”. Por encima de cuestiones futbolísticas el Barcelona no es sólo un equipo de fútbol, sino que también lo es de baloncesto, balonmano, atletismo, hockey patines, fútbol sala y, además, trata de formar parte de la vida social y cultural a través de la actividad de su fundación. Pero, por encima de todo el Barcelona es una pasión.
Una pasión que está salpicada por ideas políticas de corte nacionalista. No olvidemos que el anterior presidente, Joan Laporta, preside un partido político que promueve la independencia de Cataluña. El Barcelona, por tanto, es un club político en cuanto que es utilizado como la imagen de Cataluña en el extranjero aunque, para los aficionados de fuera de esta región la insistencia por parte de ciertos estamentos del club de hacer apología al catalanismo no esté bien considerada.
Tratemos de entender esta defensa de su territorio e identidad. Los catalanes se sienten primero catalanes y luego españoles, lo cual resulta complicado de entender en las regiones de la meseta. Los catalanes contemplan al resto de los españoles, especialmente a los dirigentes del gobierno en Madrid, como una amenaza a su identidad y sus formas de organización social, cultural, política y económica. Consideran que desde Madrid tratan de acaparar sus recursos, por ello, el continuo debate político español en torno a la cuestión catalana del Estatut y los pactos y concesiones fiscales que le han sido concedidos. Lo que ocurre, si tenemos una perspectiva completa y objetiva, es que Cataluña sostiene en gran medida la economía española a través de sus aportaciones fiscales, aunque también es cierto que cuando se plantea la cuestión real de la independencia como afirma Jordi Pujol, los catalanes quieren seguir formando parte de España. Eso sí, lo que desean es poder expresar con libertad los símbolos de su identidad: idioma, senyera…
En días pasados se anunciaba que la segunda camiseta que lucirá el equipo la campaña 2013-2014 será un homenaje a la senyera (bandera de Cataluña) y con ello vuelve el revuelo y el debate de la cuestión catalana, introduciendo el debate político en el fútbol. Resulta curioso que el debate se haga con el Barcelona y no con otros equipos que también hacen alusión a banderas regionales en sus equipaciones: Valencia, Levante o Athletic de Bilbao. ¿A qué se debe tanto revuelo? La respuesta la encontramos remontándonos décadas atrás.
España estuvo sometido a un régimen dictatorial durante 40 años, tras una cruenta Guerra “In”Civil. Cataluña fue la última región que presentó resistencia y Barcelona un gran foco de resistencia y una de las últimas ciudades en caer. Este hecho marcó claramente la relación que Franco, caudillo de España, mantuvo con Cataluña y Barcelona en donde gobernó, de manera aún más estricta si cabe que en el resto de España. Franco, reconocido seguidor del Real Madrid, presidido por aquel entonces por Santiago Bernabéu quien había servido al ejército franquista participando activamente en la destrucción y toma de la ciudad de Barcelona, se convirtió en el enemigo de los catalanes y de otros muchos españoles.
Bajo el clima de represión que los ciudadanos vivían durante este período de la historia de España, las muestras de hostilidad y descontento hacia el Régimen eran perseguidas y duramente castigadas. Ser seguidor del Fútbol Club Barcelona se convirtió entonces en una forma de subversión y de posicionamiento político en contra del Régimen. El Camp Nou se convirtió en el lugar en el que mostrar una identidad y símbolos prohibidos que en otros espacios era una locura enseñar.
El Real Madrid y sus jugadores se convirtieron en sus enemigos. El club era contemplado como un símbolo del Régimen y sus jugadores como los esbirros a sueldo del poder. En el estadio los aficionados podían gritar e insultar a los jugadores madridistas como si realmente lo estuvieran haciendo contra el aparato franquista, era el último reducto de resistencia que el catalanismo tenía a su alcance. Hoy ser del Barcelona no es una manifestación política, ni un vehículo de integración en la sociedad catalana como lo fue durante los años de emigración andaluza en los años del desarrollo industrial de la región. Hoy se puede ser del Barcelona simplemente por amor al fútbol.
FUENTESSIMON KUPER “Fútbol contra el enemigo” Contraediciones. 2012. Barcelona
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