Revista Cultura y Ocio

Igor visita el Fnac

Por Igork
¡Oh, cuánto tiempo sin verte Fnac! Tras años, el viernes pasado volví a pisar la megasala Fnac de Plaça Catalunya, cargada de libros, pero menos, cargada de juegos de PC, pero menos, cargada de cultura, pero menos. Lo cierto es que mi mujer estaba en una tienda gigante de cosméticos, dos pisos más abajo, una catedral, un enorme disco de eróticas luces consagrada a la vanidad femenina, como los coches caros lo son para la vanidad de muchos hombres. En fin, que subí al Fnac en lugar de deambular entre espejos, neones y barras de labios de infinitos colores. Primera observación empírica: la sección de libros ha empequeñecido, y viendo la de discos y cds, que es poco más que un quiosco, el proceso de empequeñecimiento seguirá. La sección de Fantasía ha adelgazado hasta el grosor de una compresa de verano. La sección de policíaca también ha perdido peso. El merchandising (muñecos, accesorios, logos, llaveros, porquerías varias) crece. Las aspiradoras también se venden en Fnac y requieren espacio. La sección de poesía de Fnac es digna del Mercadona. Había poca gente, y eso que era viernes por la tarde. Solo dos secciones estaban abarrotadas: la novela romántica y la sección de autoayuda, la más llena, la que más pasta mueve. La crisis sigue ahí y no tiene prisa por marcharse. De la Iglesia católica no sabemos nada, excepto malas noticias. El bombardeo de información al que nos someten es insostenible, al menos para mi pobre cabeza, y los referentes que nos ponen para alcanzar la ansiada, imposible y resbaladiza felicidad son sencillamente mundos imaginarios que nada tienen que ver con las calles frías y sucias de mi barrio de este mes de marzo del año del señor del 2016. Eclosionamos, compramos libros de autoayuda, seguimos aferrados a no pensar nunca, pillados los dedos en el fotograma sin fin del Smartphone. ¿Habrá gente con el cuello doblado hacia abajo y las falanges de los dedos convertidas en papilla en pocos años?
Volveré al Fnac un año de estos. Quizá haya crecido en 2019 la sección para conseguir el “éxito pasivo”: cómo ser rico, cómo ser feliz sin esfuerzo, como adelgazar comiendo como una morsa hambrienta sin esfuerzo, cómo dejar de fumar (ese me lo pido) sin sufrir, cómo montar un startup que no muera en dos días y cosas así. Quién sabe. Si lo recuerdo, lo escribo.
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