Me levanté muy temprano porque a las 7:30 me pasaban a buscar para una excursión contratada con la agencia Coendu. Es un tour que empezaron a hacer ahora en pandemia a los Saltos del Moconá (antes sólo se hacía desde desde Posadas o El Soberbio).
Comprendí por qué no se hacía antes la excursión: es un viaje muy largo. Casi cinco horas hasta el Parque Provincial. Ojo, Cachi está igual de lejos de la ciudad de Salta pero al tener paradas intermedias no se hace pesado. Lo mismo pasa en el viaje a las ruinas jesuíticas de San Ignacio. En este caso, al no haber paradas (excepto una en una estación de servicio para pasar al baño), la ida se hace eterna. Tal vez podrían incluir Salto Encantado o alguna parada intermedia o explicar alguna cosa durante el viaje. Algo para hacerlo más ameno. Parecía que no íbamos a llegar nunca.
Finalmente arribamos al Parque Provincial Moconá. Al haber entrado a Misiones con el hisopado ya hecho, me habían dado una cuponera de descuento, así que tuve un 50% de descuento en el Parque y un 10% en la navegación (la navegación es lo más caro -$1100- y la única manera de ver los saltos). Inmediatamente nos pusimos a hacer la cola para la navegación.
La verdad es que no conocí nada del parque. Espero volver en algún momento y realizar los senderos (hay tres). Nos lo ofrecieron, pero la verdad es que teníamos hambre.
La navegación es breve pero muy interesante. Los saltos no son tan espectaculares como las cataratas, pero lo que le falta de altura le sobra en extensión. Se trata de una falla geológica única que crea 3 kilómetros de caídas de agua.
Antes de irnos del parque paramos en un mirador sobre el río. Hermoso.
Fuimos a almorzar a El Soberbio, un lindo pueblo fronterizo que sirve de portal al Parque Moconá. Desde El Soberbio se puede visitar también:
- El Salto Horacio en Moconá Virgin Lodge, donde hay asimismo actividades como rappel, trekking, kayak, tubbing y navegación hasta los saltos del Moconá.
- La Cascada del Prado en el Camping Haras al Paraíso con cabalgatas y trekking.
- El Salto Yerbas del Paraíso (sin infraestructura).
- Huella Guaraní, primer sendero etno-turístico en Misiones. Hay varias aldeas guaraníes que ofrecen alojamiento y actividades comunitarias.
- Agroturismo Galiano. Chacra donde es posible ver la producción de citronella.
- Museo de los aromas y Casa de piedras.
- Reserva Yasi-Yateré, reserva privada con un jardín botánico y elaboración de dulces y licores.
- La Misión Lodge. Hotel que organiza varias excursiones en la zona, desde kayak y floating a cabalgatas y safaris fotográficos.
- Chacra del Agua / Cabañas Buena Vista. Similar al anterior.
Comimos muy bien en un sitio al aire libre llamado Saltos del Moconá/ Parador Moconá Ruta 2. Rico y barato. Yo me pedí un sándwich de bondiola a la parrilla con huevo, lechuga, tomate y cebolla caramelizada. Se me hace agua la boca. Volvería sólo para comer ahí. Esa noche no necesité cenar.
Y luego del almuerzo vino el regreso a Iguazú. Pero la vuelta se me hizo menos pesada.
Al otro día tenía una caminata por la selva que se suspendió por causa de un terrible accidente que ocurrió y que no viene al caso desarrollar acá. Fue algo bastante impactante, pero es demasiado serio como para mezclarlo con un blog de viajes. La cosa es que tuve que cambiar de planes.
Tomé el bus turístico (aprovechando que uno puede seguir usándolo otro día) y fui a Fly Park, un parque aéreo parecido a Euca (Tigre). Uno va con un arnés y tiene para superar cinco niveles, no sólo en altura sino en complejidad. Yo hice hasta el tercer nivel. No por vértigo sino porque me falta fuerza de brazos. Me resultó más ejercicio que juego, es demasiado exigente en el aspecto físico. Me terminó doliendo todo el cuerpo y me llené de moretones en los brazos. Creo que hay que estar en un muy buen estado físico, o usar el sitio como entrenamiento. Lo bueno es que tiene dos pequeñas tirolesas por nivel.
Estuve unas dos horas. Sin almorzar, visité el Centro de Productores Mineros que está al lado del parque y compré un par de aros económicos.
Luego crucé la ruta y fui hacia la granja desde donde sale la Cabalgata ecológica Sapucai. Contraté el paseo más largo que se adentra en la selva Iryapú. Visitamos la Cueva del Yaguareté, un lugar donde uno puede colgarse de lianas a lo Tarzán y ver un rancho y trampas para animales que hacían los pueblos guaraníes (no hay ninguna cueva, eso sí). Llegamos luego a una comunidad indígena y pasamos junto a una laguna donde dicen que hay yacarés. Tras la cabalgata y la visita a la granja con varias cabritas bebé, tomé de nuevo el bus turístico hasta el centro de Iguazú.
Estaba muerta de hambre y terminé pidiendo el plato parrillero ($850) en un restaurante que depende de Taco Pado (está al lado). Me sirvieron un chorizo, una morcilla, dos trozos de carne y ensalada con arroz. La carne, muy rica. Lo más flojo fue la ensalada. Pero lo importante es que me llené.
Al día siguiente me pasaron a buscar para ir a Jungle Fly Iguazú. De la combi subí a un camión donde estaban los demás. Así nos adentramos en una reserva privada. Una vez ahí nos colocaron los arneses y nos dieron guantes y cascos. El recorrido consiste en un circuito que incluye una caminata por la selva, dos canopy (uno largo fenomenal y otro corto), dos pasarelas colgantes y rappel sobre una cascada de 12 metros. Es muy divertido y no tan exigente físicamente como Fly Park. Al mediodía estaba de vuelta en el hotel.
Compré ñoquis con bolognesa para llevar en La Mamma pastas & salsas (muy económico, abundante y sabroso) y almorcé en mi habitación. Para la noche compré un flan. Se trata de una casa de pastas, pero también se puede comer ahí afuera ya que hay mesitas.
A las tres de la tarde salí tranquila hacia el puerto ya que había reservado un paseo en barco. Como llegué temprano me senté un rato junto al río. Embarcamos a las 16 en Balsa Aventura para navegar por los ríos Iguazú y Paraná. ¿Por qué otra vez en un barco haciendo el mismo recorrido que con el crucero? Bueno, es que la experiencia no es la misma. Por un lado por la hora; por el otro por el tipo de embarcación. A mí me encantó. Fue una sensación completamente distinta al crucero.
Del puerto fui caminando por la costanera hasta el hito donde vi el atardecer. Volví al hotel, comí las sobras y a las 20:30 me pasaron a buscar para ir al Parque Nacional Iguazú. Aunque ya había hecho el paseo, me tenté con hacerlo de nuevo. Nada le gana a las cataratas bajo la luz de la luna. Como no lo reservé con suficiente tiempo, sólo había podido conseguir un lugar en el último turno, el de las 21:15.
Antes había más horarios en el colectivo nocturno al parque, pero ahora los redujeron a dos servicios: uno a las 19 y otro a las 19:30. Eso significaba que iba a tener que esperar más de una hora en la puerta del parque. Lo pensé mucho pero al final decidí contratar el traslado en Coendu (me costó $1500 ida y vuelta).
¿Qué puedo decir? Si justo van a Iguazú en luna llena, no pueden dejar de hacer este paseo. Es único y mágico. Esta vez logré plasmarlo con mi cámara de fotos. Una maravilla aunque me congelé y me mojé bastante con el agua de la Garganta del Diablo. No sé si fue ese mismo día (o el anterior) cuando anduvo por ahí un periodista de TN.
El paseo terminó pasada la medianoche. Así que me acosté a eso de la 1:30 de la madrugada. Esa fue mi última noche en Iguazú.
A las 10 hice el check out de la habitación. Caminé por el centro y llegué al Orquideario del Indio Solitario. La entrada sale $100. Es un patio con varias orquídeas y colibríes. Amo los colibríes. Compré la orquídea más barata (te dan un certificado ecológico) y ahora estoy cuidándola con mucho amor. No te descuentan el precio de la entrada con la compra. ¿Vale la pena? No sé.
A las 13 me pasaron a buscar para ir al aeropuerto. El regreso fue sin problemas. Creí que me harían el hisopado al llegar a Aeroparque, pero no. Me dijeron que sacara turno o fuera directamente a alguno de los centros. Al final fui al día siguiente y por suerte dio negativo. Como estaba lloviendo no tomé el colectivo sino que pedí un auto por Cabify que llegó a los minutos. Al rato ya estaba en casa.
DATOS:
- La excursión a Moconá fue con el operador mayorista Caracol.
- Fly Park es más económico que Euca (cuesta $2000). Lamentablemente no funcionaban ni la caída libre ni la zipline. Los niveles se pueden repetir.
- Hay otro sitio para hacer canopy que no visité. Se llama Canoping Iguazú y quedó para otra vez. Tiene tirolesa y rappel y cuatro salidas diarias.
- Otras excursiones posibles: Experiencia Yretá (paseo en barco, trekking y almuerzo), Experiencia Mbocay (similar a la anterior pero sin embarcación). El almuerzo es en La chacrita. Reservas al +5493757576800.
- Hay kayak por el río Iguazú (preguntar en el puerto).
- Otros sitios donde realizar cabalgatas: Cabalgata ecológica del Indio Solitario, Amigos del Jaguar.
- Hay un tour de cerveza en Cerveza Holy.
- Pendientes: Jardín de los picaflores, fábrica de alfajores artesanales, Museo Guaminí, Aldea M’Bororé, Turismo Mby.a.