Revista Ciencia
Iluminación
Las orquídeas crecen en distintos ambientes, en los que pueden recibir sombra, media sombra o pleno sol. Algunas características de la parte vegetativa nos pueden ayudar a saber cuánta luz necesita cada especie. Por ejemplo, si tiene hojas duras y carnosas necesita más luz; y, en cambio, si éstas son blandas, anchas y no carnosas, se desarrolla mejor a la sombra.
En general, lo ideal es permitir una alta iluminación, pero evitar el sol directo durante todo el día, especialmente al mediodía. Cuando reciben exceso de luz, es común observar manchas en las hojas, sobre todo en los extremos. Pero si la luz es escasa, las plantas suelen florecer menos.
Medio de fijación
Las orquídeas epífitas necesitan un medio de sostén o apoyo para facilitar la absorción de agua y nutrientes por parte de las raíces. La mayoría de ellas se puede cultivar sobre troncos de árboles, cestos colgantes, o Incluso en macetas con sustratos especiales. La elección de uno u otro modo depende de los requerimientos específicos de cada especie y de su habitat en la naturaleza, y esta información está indicada en las fichas florales.
Por ejemplo, las macetas de plástico o cerámica mantienen el sustrato más húmedo y, en consecuencia, se utilizan para orquídeas terrestres o semiterrestres y para las epífitas que habitan en lugares muy húmedos. En cambio, los cestos-hechos en general con madera o alambre-y los troncos dejan que el agua se filtre más rápidamente, y resultan ideales para las orquídeas epífitas que crecen en los estratos altos de las selvas.
Cuando se usan macetas, es Imprescindible asegurar un buen drenaje mediante la colocación de una base de piedra partida. Si se quieren fijar las plantas en trozos de madera, conviene elegir madera dura ya que la blanda puede deteriorarse y pudrirse rápidamente. Para que éstas se adhieran a un tronco, conviene emplear tiritas de media de nailon, que tienen la elasticidad necesaria para ponerlas en contacto con el sostén sin dañar las raíces.