Sé que es tarde, pero aún es martes…y en ningún momento afirmé la hora límite postil..así que…apuremos el día, ¡hombre!
Tras este apunte, me dispondré a relatar, brevemente, algunas conclusiones que el día de hoy me ha traído:
Conclusión Nº 1) El duende gomillero no está en forma: la gomilla (rosa con purpurina, inconfundible por ende) que perdí ayer por la mañana la he encontrado en la acera esta tarde; aún más, hay otra gomilla que lleva semanas en la puerta de mi casa, tirada en la acera, y no desaparece. No sé si es mía, por lo que no me atrevo a coger algo (enfermedad o epidemia varia) que no me pertenece. Lo que me lleva a la conclusión número 2.
Conclusión Nº 2) Los ladrones de gomillas (al menos de pelo) no están de moda. Con razón: la calvicie es lo que se lleva ahora…el ahorro de champús es lo mejor en estos tiempos de crisis. Lo que nos lleva a la conclusión número 3.
Conclusión Nº3) Los barrenderos de mi pueblo están en crisis. De barrer. Vamos, de quitar mierda. ¿Recorte de presupuesto? ¿Apropiación del derecho a no recoger gomillas ajenas? ¿Miedo a una revancha por parte del gremio duendero? Sea lo que sea, nos lleva a la conclusión número 4.
Conclusión Nº4) Mi mente necesita un limpiado a fondo. El que empiece a delirar sobre gomillas de nuevo, no es bueno. Y encima, cuando no desaparecen. Al contrario. Aparecen. Lo que nos lleva a la conclusión número final y primigenia.
Conclusión Nº Final y primigenia) Los duendes, los barrenderos, los ladrones de gomillas y el limpiado de mente no existen.
Total y absoluta invención del hombre con mente. Sin barrer. Iluso.