Sinopsis:
Christian Bennet, veterano periodista ganador de un Premio Pulitzer, recibe una enigmática llamada de Martha Sullivan, propietaria del diario El Sentinel de Nueva York, postrada por una enfermedad mortal, que le hace un singular encargo: quiere que localice a su hija y única heredera, Angela, desaparecida años atrás, ya que si esta no aparece el periódico caerá en manos de un grupo inversor.
La única pista de Angela está en unos recortes de prensa y un maletín que, tras la muerte del marido de Martha Sullivan, llegaron a sus manos, recortes que hablan de la trayectoria profesional como afamada ilusionista de la chica, convertida en la maga Daisy. Esa extraña petición remueve en Bennet algunas historias del pasado, como la culpa con la que convive desde hace años por la muerte de Lorraine, la joven amante con la que compartió algunas semanas de su vida. Bennet descubre que, al parecer, Angela Sullivan murió en un accidente de coche que acabó con el vehículo en las frías aguas del Sena, en París. Sin embargo, el cuerpo jamás fue encontrado.
Christian Bennet empieza a sospechar que la historia oficial es mentira, y que Angela sigue viva, ocultando su verdadera identidad en algún lugar. La gran incógnita estriba en averiguar dónde está y por qué se mantiene en la sombra. Todo parece un tremendo truco de magia. No hay que preguntar el cómo se hace ni por qué nos dejamos engañar. En el periodismo eso no vale, y en la vida real tampoco. ¿O quizá sí?
Esta es la segunda novela que leo de Jose Sanclemente y he disfrutado con ella tanto o más que con “Tienes que contarlo”, que es el primer libro de una serie protagonizada por el inspector Julián Ortega y de la que me faltan por leer sus dos entregas posteriores. Creo que si algo tiene José Sanclemente es una gran habilidad para darle ritmo a las historias que cuenta y conseguir que no decaigan en ningún momento.
En “Ilusionarium”, novela autoconclusiva, no está demás decirlo, el protagonista es Christian Bennet, un periodista con una larga trayectoria y un Pulitzer en su haber, al que Martha Sullivan, la editora del Sentinel de Nueva York, el periódico en el que trabaja, le encarga que encuentre a su hija Angela desaparecida hace más de quince años, pues no le queda mucho tiempo de vida y necesita reconciliarse con ella.
Esta investigación pondrá en marcha un complicado entramado en el que hay muchos intereses ocultos y además removerá incómodos recuerdos con los que Bennet ha tenido que vivir, pero a la vez le ayudará a descubrir una parte de su vida que no era como él la había imaginado.
Con un ritmo constante y escrito con una agilidad que te invita a no soltar la novela, “Ilusionarium” es un truco de magia literario en el que desde luego nada es lo que parece. Engancha ya desde su potente comienzo, que nos llevará por escenarios como Nueva York, Las Vegas o París y además, si eres aficionado al mundo de la magia, te ayudará a descubrir (quizás) trucos que los magos utilizan durante sus actuaciones, aunque si sois como yo, y tratándose de magos, nunca juego a intentar descubrirlos.
Dónde está Angela o quién es en realidad se convierte en un juego para el lector, que yo adiviné a mitad de novela. En este sentido me pareció que Sanclemente insistía un poco "demasiado" en algunos detalles cuando aparecía cierto personaje, que me hizo sospechar en este caso acertadamente. Aún así y como bien se dice durante toda la novela “el mundo quiere ser engañado” y esta novela juega a engañarnos hábilmente.
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