Para nosotros fue una alegría que se haya destinado el pequeño espacio de la desembocadura del Arroyo Itá para una reserva ecológica y recuperar en pequeña parte a este verdadero oasis de la vida, donde podemos observar con nuestros propios ojos cómo las criaturas de la naturaleza conviven o intentan convivir con nosotros; donde ocultas entre los tallos verdes de las plantas de la costa y los camalotes pueden crecer seguras las crías de las Pollonas o del Lobito de río; donde andan en armonía las garzas y el Martín pescador, donde el cielo aveces nos regala el sobrevuelo del Atí, del Biguá o de una solitaria Águila pescadora; donde algunos vecinos terminando sus jornadas laborales les muestran con orgullo a sus hijos lo que es sentarse a disfrutar de la Madre Tierra a pocos metros de casa… ahí en el Itá, acá en Posadas.
Lamentablemente somos pocos los que disfrutamos de esto, muchas personas deben darse cuenta que es importante que cuidemos el lugar donde vivimos, si no lo cuidamos vamos a lograr que nuestros hijos vivan en un lugar cada vez peor, y comprobado está que los animales dejan huellas y nosotros los humanos dejamos residuos, e imágenes como estas se están volviendo habituales en el Arroyo Itá donde a algunos parece no importarles nada.
Disculpáme Guarú, te copié algo !!
Fotografías de una garza mora (White-necked Heron) obtenidas el día 27 de Septiembre.