Revista Política
Imagine que viven en Ceuta o en Melilla... incluso, en Canarias. Puede que hasta sea cierto y esté leyendo estas líneas desde alli. Imagine que un buen día se presenta el Rey en un acto oficial y habla del amor y el compromiso del Gobierno español con Canarias. Una semana después, imagine a ese mismo Rey regalando las islas a Mohamed VI. Imagine alambradas, militares por todas partes, represión y torturas y asesinatos por parte de las autoridades marroquís a todo canario que intente salir de la isla o rebelarse contra su nuevo soberano. Imagine bombardeos a los barcos canarios que salieran de la isla.
Imagine que no puede volver a España y, si lo hace, en situación precaria a pesar de haber sido español en el pasado. Imagine que tiene la fuerza y el coraje necesarios para levantarse y defender a su pueblo canario, que no quiere aceptar a Mohamed VI como su monarca. ¿Cómo aceptar a un violador de los derechos humanos? Imagine que recorre todo el mundo exigiendo la marcha de Marruecos de Canarias y la devolución de una identidad propia a los canarios. Imagine que viene de Nueva York de recoger un importante premio por su valiente defensa de los derechos humanos y, al aterrizar en Lanzarote, Marruecos le sube a un avión a la fuerza, sin decirle a dónde le llevan, si a Marruecos, a España, a Japón... o a lanzarla al mar en mitad del océano...
Imagine que llega finalmente a España y su anterior gobierno, el que fuera su rey -Juan Carlos I-, le dan la espalda y usted, comienza una huelga de hambre como protesta. Pero imagine que el pueblo, imagine que el mundo de la cultura -esa que en España siempre ha jugado un papel fundamental con generaciones como la del 98, la del 27- le apoyan incondicionalmente. Y, entonces, las fuerzas se renuevan por completo.
Ahora dejen de imaginar, porque todo eso es lo que le ha pasado al pueblo saharaui desde 1975 y a Aminatou Haidar desde hace poco más de una semana. Y hoy, la isla entera de Lanzarote será una fiesta de protesta, de manifiesta indignación por un gobierno, un ministro de exteriores y un rey que nos avergüenzan como pueblo español.
Aminatou, resiste.
¡TODOS ESTAMOS CONTIGO!