Imaginarios

Al paso. Hoy, Viernes santo, España continúa a paso de procesión hacia ninguna parte, a repique de tambor, mientras el público mira embelesado sin pensar en nada más, esperando que la Virgen, o que la imaginería de turno autóctona, eche un capote al paro o al empleado del banco que deniega el crédito para que tenga un buen día y se apiade y así seguir teniendo algo que deber, lo que demostraría empíricamente que se tiene algo con qué pagar. ¿Ya sabe Ángela Merkel que, durante cuatro días, el país se paraliza hasta alcanzar el éxtasis y así continúa después, aletargado? Si la marca España no puede aguantar una huelga, ni tan siquiera un paro, porque debilita nuestra imagen, ya bastante panderetera, en el exterior y hace subir la prima y bajar la bolsa, parece no pasar nada cuando de religión se trata. Merkel debe saberlo porque nos envía sus malos deseos y ni las señales divinas acompañan: llueve, las imágenes se quedan a resguardo y con ellas las conciencias y la catarsis se posterga hasta el próximo año. Y los feligreses, curiosos, turistas,… todos miran al cielo esperando una señal. Pero estos días las señales llegan del este. Y sigue lloviendo…