Después del Crack del 29 al que no se las ingeniaba le esperaba un largo y crudo período de penurias. Si a eso le sumamos ser mujer y quedarse viuda con una pequeña a cargo, el futuro no pinta mucho mejor.Así empieza este clásico melodrama sobre una joven que junto a su sirvienta logra crear un imperio con una deliciosa receta de tortitas. Estamos ante Imitación de la Vida (Imitation of life, 1934)Hasta llegar a la cima, vemos como evolucionan sus vidas. Mientras Beatrice (Claudette Colbert) cría a su hija en los mejores colegios, su sirvienta, la adorable Delilah (Louise Beavers, que debería ser más recordada...) con su mentalidad y su temor por la moral racial decide educar a su hija (mulata más bien blanquecina) en escuelas de niños de color, lo que hace que la pequeña nunca se adapte y tenga constantes problemas.
En esta Imitación de la Vida (No confundir con su remake de 1959) veremos las diferencias y los abismos que hay entre ellas, como por ejemplo que Delilah siempre será la eterna sirvienta abnegada, y cómo Beatrice se convierte en una atractiva emprendedora, a quien no faltan retos tanto en lo profesional como en lo personal.


Con la actual Crisis encima, resulta francamente curioso comprobar las similitudes entre estos tiempos y los también críticos años 30, e Imitación de la Vida es una de esas pequeñas obras que nos aproximan a esa visión, desde un inolvidable prisma femenino.

En fin, damas y caballeros, le ponemos por puntuación seis agridulces wasabis (y nos vamos corriendo, que nos espera ni más ni menos que una inolvidable sesión doble en el Phenomena Experiencie )
Psdt: Si tenéis la oportunidad: The Artist
