Revista Indie / Folk

Impepinables: Love – Forever Changes

Por Homeboy


Impepinables: Love  – Forever Changes

Recupero la sección de impepinables con todo un clásico entre los clásicos, uno de esos discos que a día de hoy siguen siendo de los más influyentes e incuestionables en la historia de la música. Y es que el tercer álbum de Love es una perfecta combinación de folk, pop y psicodelia en el que podemos escuchar muchas influencias de las distintas raíces étnicas de los componentes de la banda. Ese rollo tan fronterizo que tiene este Forever Changes es todo un acierto, y es una de las cosas que hace de el un disco diferente a cualquiera de los que sonaba en aquella época llena de hippies y flores.

Arthur Lee siempre fue un poco adelantado a su tiempo, y ya a principio de los sesenta hacia canciones de lo que luego vino a llamarse proto-punk (germen del punk-rock bastante ruidoso y difícil de escuchar). Aunque eso le valió un tiro en el hombro de la mano de su vecino, que no aguantaba tanta endiablada distorsión. De hecho, su otro mítico álbum (Da Capo), tenia alguna canción de ese palo (Stephanie Knows Who o Seven And Seven Is)

Impepinables: Love  – Forever Changes

El disco salio a finales de 1967, en plena época hippie y cuando la juventud creía que todavía podía cambiar el mundo con flores y música. Forever Changes fue el disco que destapó todo lo que había detrás de aquellos pantalones de campana, y aquellas melenas. Y es que en las letras reina un tono de lo más pesimista, y en las que la muerte siempre esta en el punto de mira.

El disco esta producido por ellos mismos, ya que por alguna razón que desconozco, desecharon la producción inicial de Neil Young, que por aquella época era miembro de Buffalo Springfield. Supongo que querrían dar importancia a los instrumentos de cuerda y a ese corno francés, que tanto protagonismo tienen a lo largo de todo el trabajo.

El gran clásico del disco es Alone Again Or, una maravilla llena de trompetas mariachis que curiosamente esta escrita por Bryan MacLean, el otro genio de la banda. Y es que imposible resistirse a ese puente de guitarra española, y a esos arreglos de viento y cuerda que tanto se han imitado a lo largo de estos años. Aunque yo soy fan absoluto de esas canciones donde la influencia de Burt Bacharach es más que evidente (Andmoreagain o The Good Humor Man He Sees Everything Like This)

Evidentemente, aquí hay canciones buenas para dar y tomar: Maybe The People Would Be The Times Or Between Clark And Hilldale, A House Is Not A Motel, y ese espectacular final con You Set The Scene, son joyas de una época en la que la música iba más allá del mero espectáculo, y en la que este Forever Changes jugó un papel fundamental.


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