Impepinables: The Human League – Dare!

A principio de la década de los ochenta, El Synth-Pop, Techno-Pop, o como lo quieran llamar, era un estilo de música bastante mal considerado entre los medios especializados, que veían a estas bandas como una panda de mocosos que utilizaban sintetizadores porque no sabían tocar instrumentos “de verdad”. Con el tiempo grupos como Depeche Mode, OMD o The Human League, han demostrado que sus canciones fueron más que influyentes en el pop de las siguientes dos décadas: Madonna; los artistas del Electroclash o estrellas del indie como The Magnetic Fields o The Postal Service, han confesado lo mucho que les influyeron esas bandas. La única pega que se le puede poner al Synth-Pop, es que el tiempo no le ha sentado muy bien, ya que es una música muy anclada en una época muy concreta, y el algunos casos, un poco hortera.

Si hay un disco fundamental en toda esta historia, es el tercer trabajo de la liga humana. La banda de Philip Oakey fue pionera en esto de mezclar pop y sintetizadores, y en 1977 ya estaban fusionando lo que aprendían de Kraftwerk, con su amor por la música de la Motown. Tras varias idas y venidas de unos cuantos miembros en tan solo cuatro años, en 1981 sacaron este Dare! que fue todo un pelotazo. Mucha gente piensa que el éxito les vino por el famoso Don’t You Want Me, pero singles anteriores como Open Your Heart o Love Action/Hard Times, ya fueron Top3 antes de que esa canción fuese editada. Es un caso curioso, ya que no iba a ver más singles, pero los de Virgin Records exigieron un single un navideño, y ahí es donde comienza la leyenda de The Human League.

Hay que ser muy cabezota para no ver la calidad de este álbum, y pensar que solo porque son una banda de pop sintético, no pueden crear un disco lleno de maravillosas melodías e inmensas canciones (The Sound Of The Crowd, The Things That Dreams Are Made Of, o todas las que he mencionado antes). Y es que cualquier amante del pop debería ser un gran fan de este disco, ya que es uno de los grandes de todos los tiempos, y especial de este estilo tan mal visto. Y es que para disfrutar de la música hay que quitarse muchos prejuicios de encima.

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