Los Imperios Asiáticos en la Edad Media se entrecruzaron con los Imperios Occidentales, como nunca antes se había producido desde hace mucho, ya que cambiaron el destino de la Edad Media, el principal hecho fue la caída de Constantinopla y los viajes de Marco Polo.
Los turcos
Emperador Tai tsu
En los bordes del Imperio chino vivían ya antes de la Era cristiana pueblos nómadas que reciben los nombres genéricos de turcos y mongoles. Para defenderse de sus ataques, los chinos habían construido, en el año 214 a. de Cristo, la Gran Muralla. Estos pueblos eran guerreros y poco religiosos. Su máxima aspiración era morir en combate: El hombre nace en casa y muere en el campo, afirmaba un proverbio turco. Cuando los árabes, en su expansión, llegaron al Tibet y penetraron en las estepas que limitan China, los turcos se fueron islamizando y entraron como mercenarios al servicio de los califas de Bagdad. Empujados, a partir del año 960, por la política guerrera del emperador chino Tai Tsu, fundador de la dinastía de los Song, las tribus turcas emigraron hacia el Oeste, y una de ellas, la de los chuz, dirigida por los descendientes de Seldjuk (seljúcidas), atacó y derribó el Califato de Bagdad, se apoderó del poder y llegó, a mediados del siglo XI, al Asia Menor, provocando la reacción occidental de las Cruzadas.
Otra rama de los turcos, los otomanos, sometidos, al principio, a los seljúcidas, se convirtieron al islamismo con Osmán, y a partir de 1308 se apoderaron del mando y se lanzaron contra el Imperio bizantino. El máximo peligro se dio cuando el sultán Bayaceto I (1389-1402) destrozó un ejército de cruzados en Nicópolis ( 1396). Pero un nuevo peligro oriental, los mogoles, salvó entonces a la cristiandad. Bayaceto fue derrotado y hecho prisionero por Tamerlán, en la batalla de Ankara (1402).
Repuestos del desastre, los otomanos volvieron al ataque con Amurates II (1421-1451), quien llegó a poner sitio a Constantinopla, ciudad que compró la retirada a los turcos. Con Mohamet II (1451-1481) se llegó al fin del Imperio bizantino, reducido casi a la capital. En abril de 1453, Mohamet la sitió con 160 000 soldados, mientras el último emperador bizantino, Constantino XI, contaba sólo con 9000 hombres para defenderla. El sitio duró cincuenta días, y en la noche del 28 al 29 de mayo los turcos abrieron brecha en la puerta de San Román y la tomaron. Mohamet II, personalmente, entró a caballo en la basílica de Santa Sofía y la convirtió en mezquita. Constantino murió luchando, mientras la ciudad era sometida a un saqueo espantoso.
Caida de Constantinopla
Los mogoles
Los mogoles estuvieron unidos a los turcos hasta el siglo XI, en que se emanciparon formando pequeños grupos autónomos. Al no poder subsistir estos grupos, se acogieron a la protección de los emperadores chinos del Sur, quienes los emplearon como soldados contra los manchúes del Norte.
Mapa del Imperio de Gengis Khan
Uno de los jefes, llamado Temudjin, organizó militarmente a su pueblo y lo unificó. En 1206 tomó el título de Gengis-Khan (emperador inflexible), y dictó una rígida organización. Su capital era Kara-korum, en el borde del desierto, ciudad formada por modestas casas de barro y rudas tiendas de piel negra, con extensos establos, donde se alojaban millares de caballos, y almacenes donde se guardaban el mijo y el arroz. Conseguida la unidad, Gengis-Khan marchó primero contra China septentrional, que conquistó. Luego se lanzó contra el oeste, apoderándose de Irán, y llegó por el Cáucaso hasta Rusia. A su muerte, en 1227, el Imperio se dividió entre sus cuatro hijos, aunque el título de khan o emperador recayó en el tercero, Ogotay u Ogodey (1229-1241), que terminó la conquista de China del Norte, de Corea y de Rusia. En este tiempo, el general mogol Batú venció a los polacos y los húngaros, y llegó hasta el Adriático. Batú creó en el sur de Rusia el khanato o reino de la Horda de Oro. El Imperio volvió a ser unificado por Kubilai-Khan (1259-1294), quien conquistó el sur de China, fijó su residencia en Pekín y fue moderado y humano gobernante. En esta época, los Polo, comerciantes venecianos, llegaron a China, ocupando Marco Polo en la corte importantes cargos. A su muerte el imperio se disgregó en pequeños reinos.
Genghis Khan
El Imperio de Tamerlán
Timur Leng (Timur el Cojo, llamado en Europa Tamerlán), caudillo mogol o turco, convertido en príncipe de Transoxiana, formó en 1369, con gran genio militar, un ejército que lanzó a la conquista con los métodos de terror turco-mogoles. Era ferviente musulmán y se hizo pasar por descendiente de Gengis-Khan, declarándose sucesor suyo. En sucesivas campañas sometió los Estados existentes entre el Indo y el Eufrates: India, Siria y Asia Menor, y el Reino de la Horda de Oro en el sur de Rusia. Tuvo en Samarcanda la capital de su Imperio. Cuando, anciano y enfermo, preparaba una campaña contra China, falleció (1405), disgregándose en seguida el Imperio que había formado y mantenido por la fuerza, pero que no supo consolidar en lo político, pues si era deslumbrante guerrero, carecía de dotes de gobierno.
Timur Leng
El conocimiento del mundo: los viajes de los Polo a Asia
A partir de las Cruzadas se despertó el interés de Europa por el lejano mundo oriental. Venecianos, písanos y genoveses aprovecharon los períodos de tregua en la lucha contra los musulmanes para anudar un interesante comercio de productos exóticos, estimados cada vez más en la Europa occidental. Algunos viajeros excepcionales se atrevieron incluso a recorrer aquellos lejanos países. De ellos, los más notables son los Polo. Dos comerciantes venecianos, Nicolás y Mateo Polo a mediados del siglo XIII, llegaron por Rusia al Turquestán, y desde allí, formaron parte de una embajada, consiguieron arribar a Pekín, a la corte de Kubilai. En 1271, dos años después de su regreso, volvieron a emprender viaje acompañados de Marco Polo, hijo de Nicolás. Esta vez fueron por Persia, Pamir, la cuenca del Tarim y el desierto del Gobi para llegar a Pekín. El emperador Kubilai nombró a Marco Polo gobernador de las provincias meridionales del Imperio. Dieciséis años estuvo Marco recorriendo el sur de China y la Indochina. En 1292 regresaron los Polo por el mar hasta Ormuz y luego siguieron por tierra hasta Europa, donde al llegar cayeron prisioneros de los genoveses, en guerra entonces contra los venecianos.
En la prisión escribió Marco Polo el asombroso Libro de las Maravillas del Mundo, en donde describió sus impresiones sobre los países que visitó, libro que ejerció una gran influencia en los futuros descubrimientos de la Edad Moderna.
Marco Polo