Impresiones finales: Forget You, Remember Love

Bueno, serie terminada al fin. ¿Qué puedo decir? Cuando la dejé sabía por dónde iría, así que no me ha sorprendido en absoluto, pero… pero… pero… había momentos en los que no sabía si reír o llorar. Es el resultado de alargar las series más allá de lo que la trama permite. Los personajes se diluyen, la trama pierde sentido… Un despropósito sin un final a la vista.

A ver, hasta el capítulo 23 la cosa iba bien, de verdad. Era entretenida, me gustaba la forma en la que se relacionaban los personajes, me divertían los secundarios y me desquiciaba la prometida del protagonista, aunque comprendía que la pobre se estaba aferrando a una falacia por miedo a quedarse sola porque, además, era empujada por su madre adoptiva, que la había educado para convertirse en la esposa perfecta de su único hijo.

Comprendía a todos los personajes, con sus luces y sus sombras. Entendía que la protagonista fuese como es porque al fin y al cabo su vida habría sido muy diferente si no hubiese sido por su madrastra. Trabaja mucho, quiere ganar dinero y no se avergüenza. Me gustó que, cuando Tai Chu le ofreció un puesto de asistente, ella aceptase quedarse como chica de la limpieza porque es consciente de sus limitaciones, pero sin vergüenza, sin sentirse humillada ni tratando de forzar las cosas. Su actitud es de «soy esto y me conformo, todavía tengo tiempo para crecer».

A partir del capítulo 23, el drama empieza a caer en picado. Es aburrido y, si adelantas partes, tampoco te pierdes gran cosa. Aunque, como no me pilló por sorpresa, tampoco me importó demasiado. Tenía muy claro lo que me iba a encontrar y lo acepté. Fue el trato que hice con los guionistas y con mi tiempo: yo os dedico trece horas de mi vida más y vosotros no tenéis que hacer nada, solo entretenerme. No hubo decepciones, ni enfados… lo acepté porque ya lo sabía.

La historia no tiene nada de especial y es un poco difícil creer el romance o que ella no hubiese visto ni una sola vez el amor de Tai Chu. En realidad, hay momentos en los que pensé que incluso la persona más tonta del mundo lo habría visto. Pero no, ella no. ¿De verdad hay alguien que piense que alguien que muestra tal generosidad lo hace de forma desinteresada? Cada vez que las protagonistas aceptan todo esto pensando que no van a pedirles nada, me enfado. ¿Por qué? Pues porque me parecen demasiado egoístas. Es como si creyesen que ellas han nacido para ser receptoras de la generosidad del mundo porque son el centro del universo.

La forma en la que se resuelven todas las situaciones es tan absurda, que no me apetece ni hablar de ello. El súbito cambio de la prometida de Jun Hao al recordar algo, por ejemplo, es el colmo de la ridiculez. Muy en la línea de un culebrón.

No voy a decir que es un horror, porque tiene sus cosas buenas. Por ejemplo, no hay relaciones tóxicas, ni nada realmente perverso. El drama es tan estúpido, que ni siquiera te agobia.

Honestamente, creo que de haber acortado la serie, habría ganado mucho más. Tanto relleno ha estropeado la trama, que de por sí no era brillante.

¿Si la recomiendo? No, la verdad es que no. Es decir, recomendaría hasta el capítulo veintitrés y, a partir de ahí, no.