CON EL DINERO SUCEDE LO MISMO QUE CON EL PAPEL HIGIÉNICO de Upton Sinclair
Cuando comenzó la crisis económica los EEUU trataron de combatirla bajando el precio del dinero, que a mediados de 2007 se encontraba en el 5,25%, hasta el 0% actual. Como las medidas no dieron resultado, la Reserva Federal optó por comprar primero activos de buena calidad, para terminar comprando todos aquellos imposibles de cobrar pero que lastraban las cuentas de las entidades bancarias. De este modo se gastaron en dos años 800.000 millones de dólares. Pero como el enfermo seguía en coma, y agotadas las soluciones de prestar dinero y bajar los tipos de interés, optó recientemente por poner a funcionar la máquina de imprimir dinero, consiguiendo con ello que en el mercado hubiera más liquidez y, a la par, devaluar el dolar.
Poniendo más dinero en circulación la Fed consigue que suba la bolsa, se estimule la sensación de disponer de pasivo y anima a que los precios suban de forma artificial para evitar la deflación. Lo que en un principio parece bueno para los EEUU porque anima las exportaciones y limita las posibilidades del continente europeo, podría terminar como le ha ocurrido a Japón, que con una deuda del 200% de su P.I.B.(España el 60%) lleva sin levantar cabeza unos años. Pero lo que puede ser más grave: ¿quién le garantiza a la Fed que la liquidez no se la queden los bancos y en vez de prestarla para créditos los utilicen en activos de poco riesgo como los bonos?
Llegados a este punto y gastada toda la munición, si ésta no da resultado, quizás la bancarrota de Grecia o de Irlanda sea sólo un costipado con la pulmonía que pueden sufrir los EEUU. Es una hipótesis factible y que parece no preocupar a los grandes estadistas de la economía. Es como si una empresa en crisis para reactivar su mercado comenzara aplazando los cobros pendientes, al tiempo que además de no repercutir intereses por demora inundara a sus proveedores con las mismas mercancías que no le pueden pagar, pero ahora más baratas.
Por el bien de todos: ójala a los americanos les vaya bien reactivando el consumo interno y exportando, porque de no ser así se van a encontrar con un endeudamiento excesivo y con una moneda inservible como referencia para las transacciones comerciales. Quizás entonces los historiadores comiencen a señalar que causas como las expuestas fueron las que ocasionaron que la decadencia de la primera economía mundial diera el relevo al dragón chino.