La inapetencia es un término que se utiliza para describir la falta de apetito, puede ser causada por un estado febril, algunas enfermedades, por nerviosismo y estrés, o simplemente es causada por un periodo transitorio habitual en el desarrollo de los niños. Todos los que somos padres hemos vivido esos periodos de inapetencia infantil que nos han preocupado, de hecho, en la mayoría de ocasiones lo hemos asociado a la incubación de una enfermedad.
En este sentido, cuando un niño no come es bueno tener en cuenta una serie de consejos que nos ayudarán a comprender la razón de la falta de apetito y aliviar las preocupaciones. La primera causa de preocupación es la enfermedad, por ello hay que descartar que la falta de apetito sea causada por una patología. Si el niño no tiene fiebre, náuseas, dolor abdominal y su comportamiento es el habitual, se puede descartar la enfermedad, aunque no estará de más visitar al especialista para asegurarse.
La inapetencia puede deberse a la introducción de un nuevo alimento, para que el niño lo acepte debe comerlo en varias ocasiones. Este tipo de novedades pueden provocar falta de apetito, por ello, si rechaza el alimento en cuestión, una buena fórmula es acompañarlo de otro alimento que sí le guste. Algunos padres acostumbran a premiar a sus hijos con alguna comida que les gusta, o en su defecto, les castigan para que coman algo que no les agrada. Esto puede derivar en inapetencia, no es la mejor forma de instaurar en los niños una alimentación saludable y variada.
Seguir los consejos de los especialistas es importante, los niños deben tomar cinco comidas al día y hay que evitar que piquen entre horas, el picoteo provoca que no tengan hambre a la hora de comer, merendar, etc. Una regla importante es acostumbrar a los niños a que coman de todo sin que abusen, siempre en la medida correcta, es muy importante acostumbrarles a que adquieran unos hábitos alimentarios en cuanto a cantidad, variedad y horario.
Un niño puede tener inapetencia por abusar de alimentos que lo único que hacen es aportar calorías vacías, como por ejemplo la bollería industrial o los refrescos azucarados. Hay que controlar el consumo de estos alimentos poco recomendables, no sólo por provocar inapetencia, también porque contribuyen al sobrepeso y la obesidad. El sedentarismo es otro factor que favorece a la falta de apetito, la actividad física diaria realizada de forma regular ayuda a tener apetito e incluso favorece la introducción de alimentos que no gustan tanto.
Si un niño está atravesando un periodo de inapetencia, es necesario que lo que come sea nutritivo y calórico, se pueden enriquecer las comidas con frutos secos, clara de huevo y otros alimentos que aportan suficientes nutrientes para mantenerse sano. Otra opción podrían ser los suplementos vitamínicos, pero preferimos la primera opción. Como hemos indicado en otras ocasiones, los hijos tienen como modelo a los padres, debemos dar ejemplo y comer de todo, e intentar siempre comer en familia, estos son detalles que contribuyen a que los episodios de inapetencia sean mucho más cortos y a que acepten de mejor grado todo tipo de alimentos.
Hacer más divertida la comida de los niños facilita que coman bien, al respecto os recomendamos retomar la lectura del post El almuerzo de un niño japonés y el post Comidas infantiles u obras de arte. Cuanto más atractivo sea el plato a los ojos del niño más posibilidades de que se lo coma todo. A esto hay que añadir que es interesante hacer a los niños partícipes de la preparación de la comida y la mesa, esto anima también a comer con muchas más ganas.
Finalmente, un buen consejo a seguir, es intentar que los niños comprendan que comer es una necesidad y todo un placer, no debe considerarse una obligación o algo que resta tiempo de las actividades que quieren realizar los pequeños. Para ello es interesante que la comida se desarrolle en un ambiente agradable, de forma distendida, sin presiones y con el tiempo necesario. Incluso a pesar de seguir los consejos indicados, la inapetencia puede aparecer, por lo que hay que recordar que es algo transitorio, a la rutina habitual volverá al poco tiempo.
Foto | Nvainio
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