Increible, aquí nadie se indigna

(Abstenerse de leer aquellos anclados en pautas del s. XVIII, resultaría contraproducente)

¿No es nuestra obligación velar todos juntos para que nuestra sociedad consiga ser algún día una sociedad de la que podamos sentirnos orgullosos, y no esta sociedad de indocumentados, de expulsiones, de sospechas con respecto a la inmigración; no esta sociedad en la que se ponen en cuestión las pensiones, los logros de la Seguridad Social; no esta sociedad donde los medios de comunicación están en manos de desaprensivos e inhumanos ?

En España se creó la Seguridad Social y hoy la quieren destruir. Un plan completo de Seguridad social que debería aspirar a asegurar los medios de subsistencia de todos los ciudadanos cuando estos sean incapaces de procurárselos mediante el trabajo”; “una pensión que permita a los trabajadores viejos terminar dignamente su vida”.

Debemos recuperar las fuentes de energía, electricidad y gas, las minas de carbón y nacionalizar los bancos. Es decir, la nación debe recuperar los grandes medios de producción, fruto del trabajo común, las fuentes de energía, los yacimientos, las compañías de seguros y los grandes bancos.

Debemos, estamos obligados a instaurar una verdadera democracia económica y social, que expulse a los grandes feudalismos económicos y financieros de la dirección de la economía en España. El interés general, el de todos, pero efectivamente, debe primar sobre el interés particular de unos cuantos cientos de ladrones que obtienen inmensas fortunas desde el poder unos, y a la sombra del poder, otros. El justo reparto de la riqueza creada por el trabajo debe primar sobre el poder del dinero. La economía se debe organizar racionalmente, garantizando la subordinación de los intereses particulares al interés común de los españoles y que se deshaga de la dictadura profesional instaurada según el modelo de los Estados fascistas, de izquierdas o derechas. Establecer un período constituyente para decidir qué tipo organización política queremos.

Una verdadera democracia necesita una prensa independiente; hay que defender la libertad de prensa, su honor y su independencia del estado, de los poderes del dinero y de las influencias extranjeras. Una prensa dependiente de la concesión de una licencia no puede ser una prensa libre. Una prensa dependiente de captar financiación no puede ser una prensa libre.

Se tiene la osadía de decirnos que el Estado ya no puede asegurar los costes de estas medidas sociales. ¿ Pero cómo puede faltar hoy dinero para mantener y prolongar estas conquistas, cuando la producción de la riqueza ha aumentado considerablemente desde la Liberación, periodo en el que Europa estaba en la ruina, si no es porque el poder del dinero no ha sido nunca tan grande, tan insolente y tan egoísta con sus propios servidores, incluso en las más altas esferas del Estado.? Los bancos, privatizados, se preocupan sólo por sus dividendos y por los altos salarios de sus dirigentes, no por el interés común de la sociedad española. La brecha entre los más pobres y los más ricos no ha sido nunca tan grande, ni la búsqueda del dinero tan apasionada.

Por eso nadie debe dimitir ni dejarse impresionar por la actual dictadura de los mercados financieros que amenaza la paz y una futura, real y verdadera democracia en España.