El principio “entra uno – sale uno” (del inglés “one in – one out”) es una estrategia básica de minimalistas y consumidores responsables para mantener el número de pertenencias bajo control. La idea es muy simple, cada vez que compres algo nuevo, cada vez que aceptes un regalo, te comprometes a tirar/vender/donar algo parecido a lo que ya tienes. De esta forma solo comprarás esta falda nueva si te puedes deshacer de otra que yace en el fondo de tu armario. La compra de un nuevo libro conlleva regalar un libro que ya está en tu estantería.
Comprando exclusivamente lo mejor
Si entiendes las compras como un cambio en vez de una acumulación, te fijarás más en la calidad de lo que adquieres. A no ser que se te estropee algún objeto, siempre buscarás una alternativa más bonita, más práctica y de más calidad. Paulatinamente, casi sin que te des cuenta, la calidad de lo que te rodea mejorará. Puede que este proceso dure años, pero con el tiempo verás que tu casa se convierte en un lugar donde puedes sentirte a gusto con lo que te rodea.
Reduciendo los siglos de consumo a través de la calidad
Una de las críticas que recibe el “entra uno – sale uno” es que incentiva el consumo, por lo menos a corto plazo. Si llevas a cabo esta estrategia durante muchos años, llegará el momento en que ya no podras comprar indiscriminadamente. Si lo que tienes ya es de muy buena calidad se hace cada vez más difícil encontrar algo de mejor calidad. Y como los productos de calidad suelen durar mucho más tiempo, el ritmo de compras se reducirá todavía más.
“Entra uno – sale uno” no solo trata de mantener a raya la invasión de los productos de consumo en tu casa. También te ayuda a concentrarte en la calidad de lo que compras y a pensar en el uso de cada producto antes de llevártelo a casa. Te ayuda a sacar el “ya veré a dónde lo pongo” de tu vocabulario y con el tiempo convertirá tu hogar en una isla de tranquilidad.
¿Cómo ha sido tu experiencia con esta regla?
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