Una incubadora es un dispositivo empleado para dar soporte vital a los bebes recién nacidos, bien sean prematuros o a término, que no estén preparados para adaptarse al medio extrauterino. Existen varios tipos de incubadoras, las más empleadas son las incubadoras cerradas que tienen forma de una caja de cristal conectada a diversos aparatos, estas cuentan con orificios que permiten introducir las manos para manipular al recién nacido, así como facilitar la entrada y salida de instrumentos y equipos...
La incubadora funciona casi como un 'útero artificial', creando un ambiente óptimo para el recién nacido. Hay varios aspectos importantes a tener en cuenta en el funcionamiento de la incubadora y sus efectos sobre el bebé:
Control de temperatura
Durante su desarrollo, el feto se mantiene una temperatura de 37 °C que es regulada por la madre. Al momento del nacimiento el hipotálamo, que es la zona del cerebro encargada del control de la temperatura corporal, se encuentra inmaduro, por lo que el recién nacido puede desarrollar un descenso de su temperatura o hipotermia si no es abrigado adecuadamente, lo que puede traer graves consecuencias.
Todas las incubadoras tienen un sensor que mide la temperatura corporal del recién nacido. Este sensor se llama servocontrol y se pega a la piel del bebé. Cuando detecta que la temperatura del bebé es menor de 36º, la incubadora emite calor para mantener la temperatura adecuada. También es capaz de detectar fiebre en el bebé.
Aislamiento
Los recién nacidos cuentan con un sistema inmunológico inmaduro que no está preparado para afrontar los microorganismos de su entorno, por lo que el espacio cerrado de la incubadora les brinda una protección y un aislamiento similar al que tenían dentro el útero materno, esto es especialmente útil en los recién nacidos inmunodeprimidos.
La incubadora es a fin de cuentas un espacio cerrado bien aislado gracias a los filtros de aire que hay en los conductos al exterior. Estos filtros son capaces de retener el polvo y los alérgenos que hay en el ambiente, pero también juegan un papel muy importante al impedir que los gérmenes del exterior puedan entrar en contacto con el recién nacido.
Control de humedad
Para controlar la hidratación no sólo es importante la temperatura del entorno, también lo es el grado de humedad, ya que un ambiente muy seco favorece la deshidratación aun con temperaturas bajas. La incubadora tiene sensores que cuando detectan una bajada sensible de la humedad hacen que se activen los humidificadores del ambiente (mucho más sutiles que los que estamos acostumbrados a utilizar en casa).
Control del peso
La superficie de la incubadora tiene incorporada una pesa electrónica que lleva un registro continuo del peso del bebé. Gracias a ella podemos ver cómo evoluciona el neonato sin necesidad de tener que movilizarle cada poco tiempo, lo cual es muy importante a la hora de evaluar la hidratación, estados de retención de líquidos y el estado nutricional del neonato.
Monitorización
El recién nacido que está dentro de una incubadora tiene en su superficie corporal varios electrodos capaces de registrar las funciones vitales básicas. Estos sensores incluyen un electrocardiograma que registra el ritmo cardíaco, un electroencefalograma que registra la actividad cerebral, y sensores de frecuencia respiratoria. Todos ellos están adaptados tanto a bebés prematuros como a los que no lo son.
Terapia intravenosa
Una de las dificultades que presentan los neonatos es la complicación que supone colocarles una vía intravenosa que sirva para hidratarles con sueros o para poder inyectarles medicamentos en vena. Dentro de la incubadora se puede dejar una vía intravenosa colocada temporalmente, que será muy útil cuando sea necesario utilizarla. Se puede retirar esta vía cuando se quiera, ya que la incubadora tiene en al menos una pared lateral escotillas que permiten el paso de instrumentos y de las manos, para poder manipular al bebé cuando sea necesario.
Suplemento de oxígeno
Los recién nacidos prematuros tienen muchas más probabilidades de desarrollar enfermedades pulmonares los primeros días de vida. Una de las medidas que se pueden tomar en estos casos es la administración de oxígeno al bebé; habitualmente se utiliza una mascarilla, pero no es un medio muy útil en los neonatos. La incubadora permite crear una atmósfera rica en oxígeno que favorece el buen desarrollo del recién nacido.
Ventilación mecánica
Hay situaciones graves en las que el recién nacido no puede respirar por sí solo, por ejemplo, si está en coma. En estos casos no queda más remedio que intubarles y hacer que una bomba de la incubadora realice la inspiración y la espiración por ellos.
Luz ultravioleta
Algunos recién nacidos adquieren un color amarillo en los primeros días de la vida debido al aumento de los niveles de bilirrubina en su sangre, esto ocurre cuando la sangre del bebe es de un tipo distinto a la de su madre y se trata con la aplicación de luz ultravioleta que esta disponible en todas las incubadoras.
Todas la incubadoras tienen una lámpara de rayos UVA instalada. Los rayos UVA son unos rayos lumínicos que se encuentran también entre los rayos del sol, y en cantidades moderadas tienen efectos beneficiosos para el organismo. Algunos de sus efectos son activar la vitamina D endógena del organismo que evita la aparición de raquitismo en los neonatos.
Se calcula que cada año nacen de forma prematura unos 15 millones de niños en todo el mundo en esta condición, pero esta cifra parece aumentar en lugar de ir disminuyendo. Las complicaciones relacionadas con la prematuridad provocan alrededor de un millón de muertes al año. Se considera que tres cuartas partes de estos decesos podrían prevenirse con intervenciones oportunas.