Incumplimiento del Reglamento Taurino en la Malagueta

El público que pasa por taquilla en la Malagueta, además de pedir orejas, tiene el derecho, legalmente reconocido, a conocer los motivos del rechazo de las reses reconocidas.

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Los que asistimos a los festejos que se celebran en La Malagueta, observamos en las puertas de acceso a la plaza el documento en el que se reflejan las reses (nombre, capa, peso y guarismo) que han sido aprobadas, así como el orden de la lidia, pero hasta el momento no vemos constancia alguna del resultado del reconocimiento, en lo referente a los motivos de rechazo de las reses que no han sido aprobadas, a lo que obliga el Artículo 37.6 del vigente Reglamento Taurino de Andalucía:

“De la prá�ctica del reconocimiento y del resultado del mismo se levantar�á acta circunstanciada, a la que se unir�á la documentación de las reses reconocidas y todos los informes veterinarios emitidos, remitiéndose todo ello para su archivo a la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía correspondiente. Una copia del acta con expresión de las reses aprobadas y rechazadas, así como los motivos de rechazo, será� expuesta al público, al menos en los accesos a la plaza, antes de la celebración‘ del espect�áculo.”

Otro flagrante incumplimiento del Reglamento Taurino de Andalucía, que se une al perpetrado ayer al permitir un alto cargo de la Junta de Andalucía, doña Catalina Gómez Ordóñez, a la sazón Jefa del Servicio de Juegos y Espectáculos Públicos, que no se hiciera el preceptivo sorteo. Si quedara algo de seriedad en este país y en nuestra Comunidad Autónoma en particular, esta señora habría sido cesada de forma fulminante. Pero en la “Cortijá” de los EREs y demás desvergüenzas, en que han convertido a esta bendita tierra, la legislación vigente solo está para aplicarla al contribuyente. Los políticos hacen de su capa un sayo, pasándosela por el forro cuando les conviene a ellos y a sus amiguetes.

Mientras tanto, los responsables en materia taurina de la Diputación, propietaria de la plaza, y sus bien remunerados “asesores”, mudos, ni una palabra hasta el momento sobre este vergonzoso desmadre que se viene produciendo en el coso del paseo de Reding. Aquí de lo que se trata es de no molestarse unos a otros y a seguir viviendo a costa del contribuyente. Asumir responsabilidades o exigirlas en su caso ni pensarlo, vaya a ser que luego vengan a molestarnos a nosotros. Todos, de un color y de otro, solo quieren a la Fiesta para darse publicidad a bombo y platillo, porque la cruda realidad es que les importa un pepino y, en nuestra ciudad, ni eso.