Independiente, Vélez, y un partido interminable

Luego de 2 días, 2 horas y 40 minutos del horario en el que estaba previsto que comience, se terminó de jugar el encuentro entre Independiente y Vélez. Lo que sucedió durante aquel entonces terminó siendo surrealista, casi digno de Osvaldo Soriano.

Como casi todos saben, el sábado, una hora antes del inicio previsto para aquel partido en el Estadio Libertadores de América, el árbitro Pablo Lunati decidió posponerlo. ¿Los motivos? La cancha no estaba en condiciones, más que nada en las áreas. Parecía una decisión rara, porque horas antes, en All Boys-Quilmes el campo de juego estaba anegado en varias zonas.

Javier Cantero, presidente del “Rojo”, puso el grito en el cielo, y le apuntó a Lunati y al capitán velezano, Fabián Cubero:

“El campo estaba perfectamente para jugar, algunos jugadores de Vélez también querían jugarlo, pero Cubero dijo que no. Está en todo su derecho, se ve que necesita que la cancha esté bien para jugar… Pero no estoy de acuerdo. Había dos o tres metros cuadrados que no estaban bien, pero que eran poco significativos”.

“(Lunati) me pidió una pelota, se la puso en la axila, la paseó por la cancha y nunca la hizo picar“.

Por su parte, este fue el punto de vista de “Poroto”:

“Hay sectores que se la bancan, pero otros que no, como las áreas. La pelota no pica, no rueda, se queda estancada. Los arqueros y los defensores salieron a verlas. No están en condiciones. Hemos jugado en canchas peores. Esta está bárbara, pero esto puede jugar en contra”.

Al final, todo se pospuso para las 19:30. Y allí apareció el segundo pero: como Canal 7, que iba a televisar el partido, iba a transmitir una exposición de la Presidente Cristina Fernández en la Universidad de Buenos Aires, decidieron atrasar treinta minutos el horario de inicio. Nadie contaba con que iba a extenderse casi 17 minutos más allá del horario previsto.

La transmisión de Fútbol Para Todos inició ni bien CFK terminó de hablar. Pero en la primera imagen todos los jugadores estaban parados: el partido se suspendió a los 16 minutos del primer tiempo. Esa fue la tercera y última demora. ¿Qué pasó? La cancha quedó a media luz, haciendo difícil la visión nocturna. Al final, todo se solucionó pasadas las nueve de la noche…

Cuando la pelota volvió a rodar, casi nada más pasó. Fue todo mucho ruido y pocas nueces. Las chances claras de gol no superaron la cifra (fueron 7, 3 para los locales y 4 para la visita). Lo único que podría destacarse fue la expulsión de Francisco Cerro.