Revista Ciencia

Indicadores de la depresión en adolescentes

Por Davidsaparicio @Psyciencia

La adolescencia es una etapa compleja de la vida en la que nos enfrentamos a muchos cambios constantes, además de en la búsqueda por descubrir quiénes somos, lo que nos gusta y lo que no. Por lo que no resulta difícil comprender que se trata de una época en la que las emociones se encuentran en una especie de montaña rusa. 

Este viaje de descubrimiento y exploración de nuestro ser puede resultar muy complejo y, en muchos casos, si no hay un apoyo emocional importante y la autoestima se encuentra afectada, pueden aparecer signos de depresión que si no son abordados a tiempo pueden llegar a escalas mayores.

Uno de los trastornos a nivel emocional que mayor incidencia tiene en la población de todo el mundo es la depresión. Y es que parece ser que cada día aumenta el número de casos que son diagnosticados con esta psicopatología, incluyendo a muchos adolescentes. 

¿Qué es la depresión?

Es importante tener en cuenta que sentirte triste o tener un estado de ánimo bajo no significa que tengas depresión. Para que pueda darse este diagnóstico debes ser evaluado por un especialista en el área de la salud mental quien determinará si cumples con los criterios diagnósticos necesarios para tener certeza que se trata de una depresión en curso. 

Para esto, los psicólogos y psiquiatras se valen de los términos establecidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, también conocido como DSM-5.

Cuando se tiene depresión, la sensación de tristeza, desánimo y apatía afectan a tu vida, en todos los ámbitos. Se pierde por completo el interés por todas las actividades, incluyendo aquellas que solías disfrutar mucho. Y, aunado a esto se presentan otra serie de síntomas, tanto físicos como mentales y emocionales.

¿Por qué me deprimo?

Las causas de la aparición de la depresión responden a diversos factores que van desde el ámbito biológico, al existir un funcionamiento erróneo de los neurotransmisores y por ende, a la existencia de un desequilibrio químico en el cerebro. 

A nivel psicológico, influye la vida emocional que has tenido, las experiencias pasadas, cómo has lidiado con ellas e incluso si has podido superarlas o no. Lo mismo ocurre con el tipo de pensamientos que tienes, que pueden ser potenciadores del malestar emocional. 

Además, el contexto social es un factor de riesgo importante para la aparición de la depresión en adolescentes, como lo indican investigaciones como la de Lugo et al. (2018). 

¿Cómo saber si un adolescente está deprimido?

Para muchos resulta complicado el poder determinar si un cambio de conducta en un adolescente responde a su proceso evolutivo natural o si se trata de algo más, como una depresión. Esto es comprensible, pues mucha de la sintomatología de esta psicopatología la experimentan los adolescentes, sin necesidad de tratarse de depresión.

Entonces, ¿cómo sé si es depresión? Es necesario prestar atención a los síntomas y evaluar si estos afectan el desempeño regular de las actividades diarias. Otro indicador puede ser el manejo inadecuado de las emociones. Pero en caso de duda, lo mejor es consultar con un profesional.

Algunos síntomas que se pueden presentar son:

A nivel emocional

  • Sentimientos de vacío, como si se sintiera desesperanzado por todo.
  • Puede sentirse mucha tristeza, llegando incluso al llanto sin tener algún motivo que lo explique de manera aparente. 
  • Sentirte molesto por cualquier cosa o estar altamente irritable. Esto puede incluir estallidos de ira o sentirte muy frustrado a la menor provocación. 
  • Pensar constantemente en fracasos del pasado o reprocharte mucho por cualquier falla. 
  • Disminuye considerablemente el interés por compartir con otros, esto incluye a la familia y amigos y esto se refleja también en todas las actividades que realizas normalmente, incluyendo aquellas que te gustaban. 
  • Sentirte inferior a los demás, con problemas de autoestima y autoconcepto. 
  • Cambios repentinos de conducta. Puedes estar triste y de pronto muy molesto.
  • Dificultades para concentrarte y sus pensamientos se centran en una visión muy pesimista del fututo e incluso puede pensar constantemente en la muerte o en el suicidio.

A nivel conductual

A nivel conductual debemos estar atentos ante cualquier cambio. Los síntomas en este aspecto son un poco complejos y pueden ser incluso contradictorios. Lo importante es observar si hay cambios en la manera en la que normalmente se comporta. Entre estos síntomas están: 

  • Cambios en los patrones de sueño. Puede ser dormir mucho más o tener dificultades para conciliar el sueño. 
  • Cambios en los patrones de alimentación, puede ser perder el apetito o comer mucho más de lo usual. 
  • Cambios en la actividad motora, puede ser enlentecimiento de los movimientos o agitación. 
  • Puede comenzar a utilizar drogas y/o alcohol.
  • Sensación constante de cansancio. No se tiene energía para nada. 

A nivel social

  • Tendencia a aislarse de todos. Dejar de compartir con sus amigos y pasar cada vez menos tiempo con la familia. 
  • Problemas de comportamiento que inciden en sus relaciones con otros, como arrebatos de rabia.
  • Pueden tener comportamientos riesgosos. 
  • Faltas escolares y bajo rendimiento académico.

Estos son solo algunos de los síntomas que se pueden presentar en caso de depresión. Es importante tenerlos en cuenta y más cuando se tratan de cambios en la conducta regular del adolescente. Si esto sucede, es importante buscar ayuda profesional para abordar el caso.

La salud mental es importante y no hay nada de malo en solicitar ayuda. La depresión es un asunto serio al cual hay que prestarle atención e intervenir a tiempo para evitar que cause más daños. 

Referencias bibliográficas:

  • American Psychiatric Association – APA. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5. 5a. ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
  • Lugo, S. G., Domínguez, A. P., & Romero, J. C. G. (2018). Depresión adolescente: factores de riesgo y apoyo social como factor protector. Universitas Psychologica, 17(3), 1-11. Recuperado de: https://revistas.javeriana.edu.co/files-articulos/UPSY/17-3%20(2018)/64755358008/

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