Indignad@s: Jordi Sierra i Fabra y los quinceañeros

Hace no mucho leímos por tierras Tiramillescas un artículo de Jordi Sierra, que si bien en algunas cosas andaba bien encaminado, en otras -a nuestro parecer- erraba profundamente y se hacía con el artículo generalizando.

El vaso se llenó un poco. Respiramos hondo, y a otra cosa mariposa.

Ahora viene cuando descubrimos la existencia de una nueva revista literaria que viene de la mano de blogueros conocidos por aquí: Off the records, y lo primero que nos llama la atención al mirarla es un articulo de sí, Jordi Sierra. Nos lanzamos a leer el escrito del que a partir de ahora será nombrado por estos lares como el antiquinceañero’sBlog. Si en el articulo para el Tiramilla hablaba de los auto-editados niños de papá, ahora habla de la crítica literaria, que antes hacían personas que, por lo menos, se habían leído a Dostoievsky, Stendhal, Chejov o Faulkner, y que podían hacer juicios de valor; ahora la hacen chicos y chicas de quince años. Qué obsesión tiene este hombre con los de quince años (¿Se le habrá atragantado aquella famosa canción del dúo dinámico'?).

Según él, una persona de 15 años no debería auto publicar y además sus críticas son a base de “me gusta” y “no me gusta”…Vamos a hacer memoria: a J. K. Rowling la rechazaron unas cuantas editoriales (doce) hasta que Barry Cunningham, que trabajaba para una pequeña editorial llamada Bloomsbury Publishing, apostó por ella ¿por qué? se dice, se comenta, que la hija del editor de ocho añitos leyó el primer capítulo y quiso saber cómo seguía. Una niña de ocho años que vio lo que había detrás de Harry Potter, y que seguramente nunca había leído a Dostoievsky, acertó donde otros doce que seguramente sí que lo habrán leído, a él o a cualquier otro clásico, erraron. Otro vamos. Cayla Kluver auto publicó Legacy y ganó el Reader View Literary Awards 2008 (en 2008 Cayla ya tenía escrito Legacy y acarreaba únicamente con 16 octubres a sus espaldas).

Pensaréis que quizá es porque nos sentimos aludidas, pensaréis que quizá tenemos mucho tiempo libre, pensaréis que es una tontería, pero lo primero que hemos sentido al leer el articulo de Jordi Sierra es indignación completa y visceral, y es que quizá no hemos sabido entenderle, porque claro como no nos hemos leído a Chejov pues ya no sabemos nada de la literatura, ni de libros, ni de nada.

¿Qué tiene este hombre contra los de quince años? Porque en los dos artículos los nombra, visceral él también, y nosotras aunque hace unos cuantos años que pasamos esa edad, no podemos evitar poner el grito en el cielo. ¿Qué te pasa, Jordi? ¿Nadie te ha enseñado que no muerdas la mano que te da de comer? Porque esos que criticas son los que te leen y deberías mostrarte más agradecido, menos visceral e intentar entender que todas las críticas son buenas, que si un libro no lo ha entendido nadie quizás es porque lo has dirigido a un publico que todavía no estaba preparado para leerlo, entonces el problema es tuyo. Ni más ni menos. O quizás también ocurre que no has sabido explicarlo, porque nadie es perfecto, ni las de quince años ni tú. No es por ser viscerales, ni quinceañeras, pero aquí algo huele mal, algo escuece y hace pupa (ejemejemreseñasnegativasejemejem) y se paga generalizando.

Con ese artículo, Jordi da a entender (o es un mensaje subliminal que quizá nosotras nos hemos sacado de la manga), que el autor se ha cabreado más de una vez por la crítica que haya podido encontrar en un blog sobre sus libros. Esos blogueros de los que habla no están trabajando para nadie, postean lo que les viene en gana y como les viene en gana porque sí, es su blog (sí, nosotras somos viscerales en según qué reseñas, aunque creemos que tenemos motivos para ello. Si no hemos sabido ver “eso” que hay tras la historia y que se ha de valorar del autor -y que Jordi dice que hace falta que un bloguero vea para saber criticar con fundamento-, ¿no será también por culpa del autor del libro, que no ha sabido transmitir lo suficiente?).

Si tienes 15 años y has leído 100 libros juveniles románticos, porque son los que te gustan, genial. En serio. No seremos nosotras quienes le digan a nadie qué han de leer. Cada uno lee lo que quiere. Y si únicamente quieres leer eso, genial. Tu opinión sigue siendo válida. De verdad. Me fiaré más de ti que has leído 100 de juvenil romántica que de “el entendido” que tiene un título muy bonito en la pared, y en su mesilla descansan desde Wilde hasta Goethe, pero que se basa en otros estilos para criticar algo que ni siquiera conoce en profundidad.

Si tienes 15 años y quieres publicar tu libro, hazlo. Auto publícalo. Si es bueno la cosa irá bien, si es malo, pues no. Punto. De los errores se aprende. Que nadie se equivoque por ti, equivócate tú, cáete tú, y después levántate un poco más sabio, un poco más grande.

Con todo esto os queremos decir que no hagáis caso a nadie (¡ni a nosotras!), que os expreséis, que escribáis lo que queráis, que digáis lo que pensáis, que opinéis, que critiquéis, que seáis viscerales, que no leáis clásicos si no queréis hacerlo, que leáis lo que os apetezca y sobretodo que siempre lo hagáis disfrutando, volcando todo vuestro ser en ello, que aprendáis de vuestros errores y de los de los demás, que cada uno de vosotros sois grandes y sois únicos y vuestra opinión vale tanto como la de cualquier otro, que no os digan lo contrario, que no os empequeñezcan, sed libres.

Y dicho esto… nos forramos con goma-espuma (nunca se sabe lo que puede caernos del cielo) y esperamos vuestras opiniones, sobretodo para llevarnos la contraria (¡queremos saber qué opináis y se agradece el debate!).

Leed el artículo y venid a contarnos, ¿nos hemos levantado hoy demasiado viscerales?