El desarrollo de la ‘industria de la cultura” con la consiguiente utilización de técnicas de producción masiva y la aplicación de los principios de ensamblaje en línea para los artículos que produce (música, películas, programas de televisión, etc.), es la emergencia de una ‘sociedad de consumo’. Promueve el crecimiento de actividades y gastos improductivos, por ejemplo en marketing y publicidad. También surge la popularización del arte, con artículos artísticos baratos, producidos por el Capitalismo.
El arte moderno de los años setenta es parte de la cultura oficial del estado capitalista en América y Europa, está apoyado y subvencionado por empresas y agencias gubernamentales y se guarda en los museos, como si fuera una reliquia.
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