Revista Libros

Industrias Gon de Fernando Lalana

Por Carmen F. Etreros
Industrias Gon de Fernando Lalana
La Princesa Doña Letizia entregó ayer en Alcalá de Henares el XIV Premio Cervantes Chico al escritor de literatura infantil y juvenil Fernando Lalana como han reflejado medios como Periodista Digital.
Como Homenaje de Pizca de papel nuestra colaboradora Anabel Sáiz Ripoll ha preparado una reseña de sus últimos libros: Industrias Gon con la que inauguramos una serie dedicada a la obra de Fernando Lalana. ¡Enhorabuena Fernando!
Industrias Gon

de Fernando Lalana-José Mª Almárcegui.
Ilustraciones de Mike Casal.
Madrid, Macmillan Infantil y Juvenil,
col. Librosaurio, 2010. 144 pp.,
Por Anabel Sáiz Ripoll.

Industrias Gon es un relato firmado por dos autores que forman un tándem estupendo, Fernando Lalana y José Mª Almárcegui. No es que se sienten a escribir juntos, en absoluto, eso sería más bien complicado. Parece ser que José Mª Almárcegui tiene una imaginación desbordante y aporta las ideas, a cual más descabellada e ingeniosa; mientras que Fernando Lalana, reciente Premio Cervantes Chico, sabe muy bien cómo dar forma a este torrente imaginativo. Juntos, repetimos, has elaborado obras tan absolutamente geniales como Los hijos del Trueno.

En el relato, Nico es un joven avispado y huérfano, que vive en un orfanato en Miranda del Ebro. Un buen día su vida cambia porque recibe una oferta de trabajo de la manera más insospechada, a través de un anuncio en el periódico que le llega volando… y con varios años de retraso; pero eso Nico no lo lee. Decide escaparse y tomar el tren que lo llevará de Miranda a Zaragoza, en donde está su futuro. Allí conoce al sr. Gon, de González, quien, en principio, se muestra reticente y desconfiado con la presencia de Nico.
Lo curioso de la historia es que Gon dirige una pequeña fábrica de artículos de broma y malvive más que otra cosa, porque su hermano, que era el cerebro, murió antes de llevar a cabo sus múltiples ideas. Ahora bien, Nico es mucho más listo de lo que parece y encuentra los cuadernos de Cecilio, quien se le aparece de una manera más bien estrambótica. Total, gracias a Nico, el sr. Gon vive una segunda juventud.

Venden sus productos a una gran empresa francesa, aunque se hace llamar Fumanchú, aunque la operación resulta fallida puesto que los de Fumanchú son unos piratas que comercializan los productos de Gon con su nombre. Ahora bien, eso no importa ya demasiado, porque la vida de Gon y de Nico ha cambiado, ha dado un vuelco espectacular gracias a Odile, una atractiva francesa, rica y relacionada con la industria de la broma. Y el lector ya verá qué pasa y cómo acaba la historia.
Industrias Gon es un relato muy divertido, que se desarrolla en la década de los 60, en una capital, Zaragoza, que Lalana, por supuesto, conoce muy bien y que suele recrear en sus obras. Los dos personajes principales, Nico y Gon aparecen muy bien caracterizados, sobre todo Gon, que es quien evoluciona más en la novela, porque, de aparecer como un viejo descuidado y desalentado, se convierte en un hombre maduro, de buen ver y con ilusiones.
En cuanto al negocio de la broma, que es el que ocupa a Gon, Lalana lo describe muy bien y se recrea en ello. Todo tipo de elementos divertidos, para gastar bromas les o pesadas aparecen en el relato, como las bombas fétidas. ¿Sabía el lector que existen cuatro tipos de bombas fétidas? Pues si lee Industrias Gon sabrá esto y mucho más.
La novela se estructura en dos partes, más una “Previa”. A su vez se organiza en capítulos que van desgranando una historia hilarante, llena de humor, aunque también tierna y muy humana. Resultan conmovedoras las apreciaciones que hace Gon de sí mismo, cuando se considera poca cosa para Odile.
Industrias Gon se lee deprisa, puesto que hay mucho diálogo y el estilo narrativo es ágil. Cada página se recorre con una sonrisa puesto que los dos personajes resultan entrañables. Mikel Casal, que es quien ilustra el libro, nos los muestra en la portada rodeados por sus inventos.
Los lectores de 10 años en adelante, y los mayores, se divertirán leyendo esta historia. Los adultos también reconocerán elementos de su época, como esas tiendas en que se vendían toda clase de artículos de broma mezcladas con otros productos. Y los pequeños disfrutarán con las ocurrencias de Gon y Nico.


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