Inem, la cuesta de enero

Enero va a ser siempre un mes nefasto para el empleo, para aquellos que se mueven en la fina cuerda de lo precario, de los contratos por horas o días a destajo en la industria ligada a la Navidad, desde el turismo a la hostelería.

Este mes, como no podía ser de otra manera, el paro ha repuntado y ya se encuentra a niveles de 2002, con 16.173.610 personas adscritas al sistema (sic). Quienes están fuera del sistema deben ser, por eliminación, los antisistema, violentos, los Gamonal y los Femen, los de la PAH con sus escraches, las mareas blanca y verde (ahora también la azul se pone a jugar haciendo trampas en el tablero) y las que quedan por llegar, que los parados no han elegido color.

Menos mal que la conjunción de santos es propicia a los ministros de este Gobierno miope, cegado por los fastos de sus propias cuentas corrientes a principio y final de mes y cuando toca sobre o pago en B y que confunde, como tampoco podría ser de otra manera, la realidad al otro lado de los cristales tintados de sus coches oficiales con sus garajes y los coches de lujo que en ellos se esconden. Y ya es un clamor: la corrupción ha aflorado y amenaza con enquistarse mientras quienes deberían pedir explicaciones, se conforman con las migajas a la espera de tiempos mejores. Pero ni la Virgen ni los santos están por la labor. También deben mirarnos a través de vidrios tintados…