Como me ocurre siempre, para probar la potencia de la base de datos y sus posibilidades, introduje la cadena de búsqueda "Ibi Alicante" (sin las comillas) y el sistema me devolvió 16 resultados, algunos tan curiosos como "Croquis del terreno en que sostuvieron Acción las tropas del 3 Exercito el 21 de Julio de 1812 sobre Ybi y Castalla : Formado por los croquis parciales, bien que aumentados y corregidos".
Pero me llamó la atención también un enlace al artículo "Enseñanza y reforma educativa en Alcoi e Ibi durante el siglo XVIII", de José Luis Santonja Cardona, y publicado en 2002 en la Revista de Historia Moderna (nº 20, pp. 375-396). Insisto en que, por mera curiosidad, descargué el PDF del artículo y repase por encima su contenido, hasta encontrar un párrafo que me llamó mucho la atención (las negritas son mías):
«Desterrada felizmente de las Escuelas la costumbre de dar á los Discípulos las lecciones manuscritas, quedaron los Jóvenes aliviados del insoportable trabajo de copiar, y adquirir por su propia mano lo que deben al inmortal beneficio de la prensa, y no teniendo que distraerse sus Profesores en la incómoda ocupacion de dictarles las reglas y principios de sus respectivos artes ó ciencias, pueden emplear los ratos que se perdian en aquella miserable práctica, en esplicarles y aclarar aquellos escritos, cuya impresion la deben al estudio, y cuidado de sus hàbiles aplicados antecesores»Leyendo el contexto se deduce que a finales del Siglo XVII y principios del XIX empezaban a producirse libros en los talleres tipográficos de Alcoy, por lo que se facilitaba la divulgación de las artes y de las ciencias, evitando a los alumnos tener que tomar apuntes de las clases magistrales.
Me quedé reflexionando sobre esta "reforma educativa" tan bien documentada y llegué a la conclusión de que hoy en día, tres siglos después, la sociedad, los colegios, los maestros y las Universidades están frente a una situación muy similar: ¿para qué usar libros de texto si hay ordenadores?
Actualmente, por el precio de un juego de libros de texto de un estudiante de bachillerato, se puede adquirir un ordenador portátil (u otro tipo de dispositivo) con capacidad para almacenar todos los libros que el estudiante vaya a necesitar. Los que no quieran guardarse en el disco duro están accesibles en Internet. No es en absoluto necesario emplear las toneladas y toneladas de papel que se necesitan para imprimir miles y miles de libros.
Esto no es ciencia ficción, no es ni siquiera hablar del futuro. Esto es el presente. No será el final de las editoriales (a lo sumo será el fin de las rotativas), se tendrá que reorientar el negocio y producir libros digitales o manuales on line, o aprovechar las redes sociales. El problema es que los alumnos, nativos digitales, van por delante de los profesores: en una encuesta realizada por McGraw-Hill Education, un asombroso 98% de los estudiantes acordaron la creación de redes sociales es beneficioso para su educación. Sin embargo, un estudio de CDW-G indica que sólo el 14% de los profesores creen que hay un valor educativo en el uso de los sitios de redes sociales.
Este vídeo, por ejemplo, es una muestra espectacular de lo que está preparando la revista Wired y la empresa Adobe para trasladar los contenidos de papel al HTML y visualizarlos en una tablet pc.