La revolución tecnológica que caracteriza al presente siglo ha intervenido en todos los procesos del ser humano. Ante esta realidad es responsabilidad de cada cual el uso adecuado que debemos hacer de los dispositivos electrónicos️. El aislamiento necesario ante la pandemia ha aumentado este uso de lo digital️, reduciendo además la gama de actividades que antes permitían la socialización️ y que hoy pueden ser riesgo de contagio.
Ante esta situación los niños y niñas son especialmente vulnerables, puesto que la reducción de determinados espacios de interacción y el aumento de un uso desmedido de las pantallas puede representar un riesgo potencial para el desarrollo psicológico de los infantes. En este escrito reflexionamos un poco sobre este tema️, así como en la búsqueda de alternativas saludables que se pueden utilizar dentro de la familia.
Es común en la actualidad que numerosos padres y madres utilicen las pantallas como entretenimiento para los niños. Ante la agitada vida y la creciente cantidad de roles y tareas estos dispositivos se presentan como una salvación (con ciertos costos veremos), solo es necesario descargar algunos dibujos animados y colocar al infante delante de ellos para que quede tranquilamente hipnotizado durante algunas horas️, mientras los adultos realizan sus tareas.
A medida que crecen, esto se convierte en hábito. Según estudios, en el mundo actual uno de cada tres menores dedica más de tres horas diarias a internet (y es probable que mucho más). Sin dudas constituye una exposición muy temprana a la tecnología, en comparación con otras generaciones.
¿Qué efectos podría provocar en los niños la exposición desmedida a las pantallas?
Como seres sociales que somos, nuestro desarrollo psicológico está estrechamente relacionado con la interacción social. Pudiéramos decir que en esta interacción no solo conocemos el mundo️, sino que nos apropiamos de él, desarrollamos representaciones y habilidades, así como valores y normas sociales vitales para la vida en sociedad.
De ahí que sea tan importantes los espacios de interacción con otras personas durante la infancia, tanto adultos como coetáneos, siendo fundamental la actividad de juego.
Pudiéramos pensar que las pantallas son sustitutos de los juegos, pero no. A través de ellas el niño no tiene una interacción real con el otro, consume en muchas ocasiones valores y patrones culturales importados en contenidos no recomendables para su edad, así como el fomento de una pasividad intelectual y física.
La investigadora educativa canadiense Catherine L'Ecuyer se muestra especialmente preocupada por la relación entre la infancia y la tecnología. Ella expresa que "(...) los dispositivos electrónicos resultan altamente adictivos porque introducen al niño en un círculo de recompensa a través de la producción de la hormona de la dopamina. Lo que ocurre ante la pantalla en esas edades tempranas en las que aún no se tienen todas esas cualidades desarrolladas como la templanza y la fortaleza, es fascinación; no atención sostenida."
La preocupación por el efecto de las pantallas en el desarrollo infantil no es nueva. Hace ya varios años, la Academia Americana de Pediatría (AAP), había advertido que exponer a los niños durante muchas horas a cualquier tipo de pantalla podría generar diversas afectaciones. Según numerosos estudios entre los principales riesgos se encuentran:
-Adicciones.
-Problemas con el sueño.
-Problemas en el desarrollo y control atencional.
-Disminución del vocabulario.
-Impulsividad.
-Problemas en el desarrollo de habilidades socioemocionales.
-Afectaciones en el desarrollo físico y psicomotor
-Otros problemas en el desarrollo psicológico en general
Algunas recomendaciones orientadas por esta institución sobre un uso sano de los dispositivos se relacionan con la calidad del contenido y la necesidad de acompañamiento de un adulto durante su consumo (sobre todo en los más pequeños). Por otra parte, acerca del tiempo de exposición se ha recomendado alejar a los pequeños menores de 2 años de las pantallas, entre los 2 y 5 años permitir como máximo una hora diaria, mientras que luego de los 6 años, aunque es posible un mayor tiempo de exposición, es necesario buscar el equilibrio entre el uso de los medios digitales y las actividades en el mundo offline.
Hay que ser conscientes de que las pantallas en sí no son malas, sino que depende del uso que se haga de ellas. El desafío está en saber cómo aprovechar al máximo la tecnología sin que afecte a los niños y sin reducir sus vivencias a estas.
¿Qué alternativas podemos buscar en el hogar para fomentar buenas prácticas en los niños con las tecnologías?
Conocer la tecnología que usan y el contenido que ven los pediatras recomiendan a los padres conocer el entorno digital en el que se mueven los niños, tanto como lo harían en el entorno real. No todos los contenidos son recomendables para los infantes, por lo que hay que ser críticos con estos y fomentar el consumo de contenidos de calidad. Acompañar a los niños y hablar del contenido que consumen es una buena práctica y una responsabilidad para los padres. Muchas veces surgen numerosas preguntas que es necesario aclarar.
Fomentar el juego y otras actividades fuera de las pantallas es fundamental. esto contribuye al desarrollo de actividades que promueven la imaginación, la creatividad y el ejercicio físico. Es recomendable que además de otros niños, los padres también sean compañeros de juego en varios momentos.
Dar ejemplo
Muchos de sus aprendizajes vienen por imitación de los adultos por lo que es necesario también revisar nuestros hábitos.
Poner límites al tiempo de exposición a las pantallas, como ya indicamos es importante establecer un tiempo limitado ante cualquier dispositivo para evitar los potenciales riegos que puedan producir en el desarrollo de los niños.
Fomentar la lectura
Esta resulta una actividad muy beneficiosa para su desarrollo intelectual y socioemocional. Compartir y comentar lecturas puede ser muy rico para ellos.
Es nuestra responsabilidad ocuparnos del adecuado desarrollo psicológico y social de nuestros infantes. La realidad social nos impone nuevos retos sobre la crianza, ante los cuales hay que ser resilientes y creativos, no dejarse llevar por los caminos fáciles, y reconocer el bienestar de la infancia como prioridad.
Bibliografía
Video entrevista de BBVA del programa Aprendemos Juntos a la investigadora educativa canadiense Catherine L'Ecuyer
https://www.bbva.com/es/la-relacion-de-los-ninos-con-la-tecnologia-aprendemos-juntos-responde-a-todas-las-dudas/
https://www.eltiempo.com/abc-del-bebe/nino/educacion-y-estimulacion/efectos-negativos-de-uso-de-pantallas-y-dispositivos-electronicos-en-el-desarrollo-infantil-16453