InfernoDan BrownISBN: 9788408114178Formato: Rustica con solapas– 640 Págs Editorial: Planeta
En el corazón de Italia, el catedrático de Simbología de Harvard Robert Langdon se ve arrastrado a un mundo terrorífico centrado en una de las obras maestras de la Literatura más imperecederas y misteriosas de la Historia: el Infierno de Dante.Con este telón de fondo, Langdon se enfrenta a un adversario escalofriante y lidia con un acertijo ingenioso en un escenario de arte clásico, pasadizos secretos y ciencia futurista. Apoyándose en el oscuro poema épico de Dante, Langdon, en una carrera contrarreloj, busca respuestas y personas de confianza antes de que el mundo cambie irrevocablemente.
Sin duda, lo mío es un caso aparte y cualquiera diría que soy masoquista. Porque es que mi relación (literaria) con Dan Brown es compleja. Es similar a esas parejas que rompen una y otra vez para volver al poco tiempo. Y siempre se dicen: es la última vez. Pero siempre hay otra, y otra, y otra más…
Ese tipo de relaciones agotan psicológicamente, y así es como termino yo cada vez que leo una de sus novelas de aventuras/misterio/histórica/artística/científica/enigmática. Porque con tantos términos juntos seguro que no puede salir nada bueno, aunque sobrepase las 600 páginas y técnicamente tenga tiempo a unirlo todo coherentemente.
Cuando yo tenía 17 años (¿hace tanto tiempo ya?) se publico en España El código Da Vinci y yo lo leí con ilusión. Fue una novela que se leía sola y que dio el pistoletazo de salida a una serie de clones literarios, aunque no todos necesariamente escritos después del boom. Evidentemente, 10 años después, y tras otras 5 novelas suyas (si, las he leído todas) he desarrollado una capacidad de crítica muy superior a la que tenía en aquella época, además de definir más mis gustos literarios. Y evidentemente Dan Brown no es lo mío.
Por eso, no pensaba leer esta novela… ahora mismo. Porque en el fondo siempre supe que caería porque no hay nada más razonable que criticar con conocimiento de causa. Aunque quería esperar a que dejase de ser novedad. Así no atacarían tan duramente los trolls. Además, varios comentarios vía Twitter me hicieron ver que era adictiva y tras la vuelta a la jornada partida, nada mejor que un page-turner.
Voy a dejarme de rollo y hablar de la novela. Podría definirla como típica en su conjunto, aunque pica la curiosidad con su inicio: Robert Langdon tiene un tiro en la cabeza y le ha producido amnesia. No recuerda como ha llegado a Florencia y perdió dos días de su vida. Interesante, ¿verdad?
Pues la historia sirgue en la misma línea de siempre: descifrar códigos, huir de los malos y demostrar sus conocimientos de historia y arte. Y que no se note que no soporto a Langdon. Porque claro, nada mejor que Italia para lucirse en estos temas. Gracias al cielo, esta vez ha dejado los iconos religiosos en paz y le ha dado por Dante, el del Infierno de la Divina comedia (de ahí su titulo), la OMS y las pandemias mundiales. Rehagamos el puzle entonces: A través de una serie de acertijos que involucran a Dante, con la ayuda de la OMS, Langdon viaja a Italia intentando detener el inminente ataque biológico de un loco que tiene tras de si el apoyo de una organización muy poderosa que intenta detenerlos.
Por supuesto le acompaña una mujer (recurriendo al burdo truco, pero esencial en sus obras, de la tensión sexual. Es que si no la incluye, no se queda feliz) que además es doctora y con un coeficiente intelectual por encima de 200. Casi nada. Con ella ya tenemos todos los elementos que necesita para convertirse en un best-seller. Aunque todavía nos falta la técnica básica: buena maquetación con mucho espacio, capítulos cortos (pero muy cortos), y con finales abiertos que te hagan pasar al siguiente capítulo.
Que conste que a pesar de la ironía que pueda estar usando, no considero que sea algo malo. De hecho, hay que reconocerle el merito a estas novelas que hacen leer a gente que habitualmente no lo hace. Y algunos se quedan con el habito, así que mejor que mejor. Sin embargo, creo que no están hechos para más.
Uno de los mayores atractivos de la novela seguramente esta en el tema de Dante. A pesar de haber descubierto algunas cosas (casi todas relacionadas con lugares de Florencia y piezas expuestas en museos) me parece que la información se queda en lo superficial, lo evidente que se puede leer en 5 minutos si se hace una búsqueda en internet. Creo que Wikipedia tiene más información que la que vamos a encontrar en este libro… pero él ha viajado a esos lugares y hablado con personas. Otra cosa es como haya aprovechado su documentación. Por suerte, en el tema científico (manipulación genética básicamente) no se mete demasiado… al principio. Por lo menos consigue que no me cabree antes de llegar al final y lo deje por el camino.
El resto de la información que aporta, mucha de ella descriptiva de la cultura, se va a lo evidente. Lo que todo turista que se precie debe de ver. Además, lo encuentro fuera de lugar, como si nos tuviera que demostrar que conocer Florencia y Venecia y muchos otros sitios.
En cuanto a los personajes, no hay mucho que decir. Se mantienen en la línea de siempre, e incluso el propio Robert (al que ya le ha dedicado 4 novelas hasta la fecha) lo veo como siempre. Es decir, que no ha sufrido ningún tipo de evolución y daría igual en qué punto cronológico coloquemos la historia porque no nos va a aportar nada nuevo como personaje. De hecho, es como si no hubiera vivido nunca tan extraordinarias historias. Porque si fuese yo, seguramente las recordaría.
Nos encontramos con otros personajes nuevos, algunos que nos darán sorpresas (o no, depende de la capacidad que tengáis para predecir historias predecibles). Sea lo que sea, no profundiza demasiado en ellos porque lo que importa realmente es la acción.
Y acción hay mucha, en el continuo correr y descubrir cosas. Como viene siendo habitual, se van alternando capítulos desde el punto de vista de los distintos personajes secundarios para que podamos ir atando cabos y descubriendo a los traidores (que siempre quedan bien en una historia).
En cuanto al ritmo… no voy a negar que es trepidante, porque tal como está estructurado es imposible no engancharse y continuar leyendo. Pero personalmente, quitando esos momentos en los que literalmente tenía el libro abierto, el resto del tiempo no me ha llamado como otros. Otras novelas que mientras estaba haciendo otras cosas no podía dejar de pensar en volver a casa y terminarlo. Simplemente no me ha despertado el interés. Y eses fue mi mayor problema con esta novela.
El final no tengo palabras para definirlo. Y además, como la genética no es mi campo (para eso tiene que venir mi hermana y decirlo), no voy a poner la voz en grito diciendo que eso es imposible. Que lo veo muy difícil, pero no voy a decirlo. Que conste que al menos sorprendente es…
En resumen, un libro que tiene todo lo que hace falta para enganchar pero que a mi no me ha llenado. Si no conociera mucho la historia de Dante, ni hubiera viajado a Italia; tal vez me hubiera aportado algo más. Quizá no sea muy profunda, pero sí que se puede considerara una lectura ligera ideal para el verano, o para evadir la mente en épocas de mucha saturación