En un interesante informe para su reflexión y detenido estudio, publicado en el portal Taurologia.com, David Beltrán, alcalde de Hoyo de Pinares, y José Ignacio de Prada, de la Unión de Abonados de Madrid, estudian en un detallado Informe un conjunto de argumentos y sugerencias que ayuden a valorar estos festejos y su función en el conjunto de la Fiesta. Y entre otras posibilidades plantean la diferenciación entre las distintas formulaciones posibles de este tipo de espectáculos.
Enlace para descargar en formato pdf el informe
“La crisis general, y la particular del mundo taurino, obligan a repensar también el ámbito de las novilladas sin caballos, cimiento de la selección y de la carrera profesional de los futuros toreros y fuente de los espectáculos taurinos en buena parte de la España rural.
En este informe se exponen argumentos y se aportan algunas sugerencias que ayuden a valorar estos festejos y su función en el conjunto de la fiesta. Se parte de una propuesta de diferenciar las novilladas sin caballos “menores o de promoción“ de las novilladas sin caballos “mayores o de confirmación” pues cada una requiere, a nuestro juicio, un enfoque y un tratamiento específico. Esta distinción pretende salir al paso de una tendencia a considerarlas a las dos en conjunto como un nivel pre-profesional ligado a la docencia taurina y separada del resto de espectáculos. Las novilladas menores, estas sí, debieran disponer de un régimen próximo, aunque no idéntico, al de las clases prácticas y becerradas de promoción de las escuelas taurinas. Estas novilladas menores se destinarían a lidiar erales de hasta dos años y medio, con las defensas despuntadas, por jóvenes con cierto nivel de práctica adquirida en la escuela taurina y en las becerradas de promoción.
Las novilladas mayores, conservando su perfil profesional actual, deben reservarse a novilleros ya experimentados en el nivel anterior, y próximos a debutar con caballos, para la lidia de erales, con defensas íntegras, de dos años y medio a tres de edad y un máximo de 410 kg de peso. Se conciben como banco de prueba de la vocación taurómaca y deben recoger a su escala, los valores de integridad y autenticidad con los que se compromete ya el futuro matador.
Tras un apartado (2º) de cifras estadísticas, en el siguiente (3º) se aborda la aludida tipología, intentando deslindarla en páginas que pueden saltarse de no interesar el detalle.
El apartado 4º contiene observaciones a la propuesta de reforma tipológica que propone la federación de escuelas taurinas para ampliar el campo cubierto por las clases y actividades prácticas.
En el 5º se resaltan las ventajas de las novilladas sin caballos “mayores“ para el aficionado, para el conjunto de la fiesta, y en garantía de la calidad de los espectáculos de las plazas modestas.
En el 6º se trata de los costes de organización de las actuales novilladas y se comparan con los de otros festejos.
Finalmente, para dar un impulso renovador a este sector, en los apartados 7º y 8º se apunta la conveniencia de contar con un circuito de novilladas sin caballos a una escala que cubra el amplio espacio de las regiones taurinas de España y Francia. Adoptando la forma de liga o ranking, como en el deporte, dotaría a este nivel taurino de presencia pública e interés para el aficionado.”