Revista Deportes
Ya sabéis que entre Rudeza Necesaria y un servidor existe una buena relación. Como me comentaba Mariano Tovar la semana pasada, entre el suyo, el de David e Illegal Return formamos una especie de círculo -Dios me libre de utilizar la palabra trío- en el que los tres blogs parecen complementarse entre sí. Personalmente me gusta la forma en la que tanto Mariano como David ven, analizan y exponen su forma de ver la NFL. Es uno de esos ejemplos en los que, la discusión o la confrontación de argumentos, enriquece el debate. Así que hoy me lanzo a dar réplica al excelente artículo publicado en Rudeza Necesaria el pasado 13 de marzo respecto a la sanción que la NFL parece que aplicará a Redskins, Cowboys y, en menor medida, Saints & Raiders.
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INFRACCIONES SIN SANCION
La NFL construye su competición alrededor de un principio básico: igualdad para todas las franquicias. Esto supone que deportiva y económicamente, los treinta y dos equipos aceptar partir en las mismas condiciones y, además, se comprometen a respetar este planteamiento. Para lo primero se establece un sistema de selección de aquellos jugadores que se incorporan al mundo profesional, el conocido Draft. Eso garantiza que nadie acapare a quienes en el futuro puedan llegar a ser las grandes estrellas de la competición. El segundo pilar, el económico, limita la partida de gasto salarial. El llamado salary cap, marca la cantidad máxima y mínima que los equipos pueden destinar a la contratación de jugadores. Los beneficios de este mecanismo también son dobles: por un lado iguala la capacidad teórica de esas franquicias en componer sus rosters, por otro limita las cantidades totales que un equipo puede invertir bajo ese concepto, evitando desmanes que podrían poner en crisis la salud económica de los mismos equipos en particular y de toda la competición en general.
Como sabréis, el anterior convenio colectivo que por aquel entonces estaba en vigor, establecía que en su último año no habría salary cap. Así que, llegado el 2010, la situación permitía que -sin ese tope-, cualquier equipo podía destinar a la partida de salarios la cantidad que quisiera. Es importante que retengáis bien esta idea: la no existencia de salary cap, no existía un límite en el techo de gasto en la contratación de jugadores.
Así las cosas the Management Council Executive Committee dictaminó la semana pasada que los Washington Redskins, Dallas Cowboys, New Orleans Saints y Oakland Raiders incurrieron en prácticas que "distorsionaron el espíritu competitivo y el equilibrio de la competición" al lograr, bajo diferentes técnicas contables, "una ventaja competitiva e ilícita". Skins & Cowboys realizaron lo que en términos empresariales podría calificarse como dumping salarial. Esto es, mediante la contratación o renovación de contratos a jugadores, se sirvieron de la "excepcionalidad" del 2010 para repercutir un importante volumen del costo de esos contratos adjudicándolos a esa campaña. De esta forma dispondrán de esos jugadores, las próximas campañas, a un coste muy por debajo de lo que correspondería en buena ley. Se cita particularmente el caso de Miles Austin, wide receiver que renovó contrato por 7 años y 57,168 millones de dólares desglosados de la siguiente forma según spotrac.com
Esa es la "ventaja competitiva e ilícta" a la que se refiere el MCEC. Disponer de un receptor de la categoría de Austin, con un salario tan bajo que a buen seguro permitiría a los Cowboys afrontar otras operaciones. El jugador percibe sus emolumentos con cargo al 2010 y posteriormente, módicas cuotas fuera de la valoración de mercado. El montante total para el jugador no varía y concede a la franquicia un espacio salarial futuro que, a buen seguro, aprovechará convenientemente. Con un salary cap establecido, esta práctica hubiera sido probablemente imposible de realizar. Para los de Dallas, Austin tuvo un impacto en sus cuentas durante el 2010 de 17,078M$. Para el 2011 un ridículo 2,255M$. Para el 2012, 2,72M$. Un dato significativo; el franchise tag fijado para los wide receivers para el 2012 es de 9,51M$.
Poneros en el lugar de cualquiera de las 28 franquicias restantes, ¿os parecería que la competición sigue siendo equilibrada o pensaríais que los Cowboys aprovecharon una situación muy excepcional para obtener una ventaja competitiva en los siguientes años?. Ese es el quid de la cuestión. Cualquier equipo durante el 2011 hubiera podido contratar a quien quisiera al no existir salary cap. Este es un punto sin discusión. A lo que esa excepcionalidad no facultaba era a aprovechar dicha circunstancia para aventajar a los rivales -bajo una práctica muy discutible- en los siguientes años. ¿Por qué?, pues porque eso sí rompe, de forma fehaciente, el equilibrio de igualdad de todo el sistema. Estamos hablando de la misma clase de picaresca que ha conducido a otras ligas deportivas a una situación de quiebra económica y una desigualdad competitiva.
¿Fueron excepcionalmente brillantes en DAL, WAS, NO y OAK mientras el resto de franquicias dormían el sueño de los ineptos?. O en realidad y desde la otra óptica precisamente ¿los ejecutivos de dichos equipos se pasaron de listos?.
En este punto añadamos otro factor. La liga emitió un aviso, comunicación, recordatorio, recomendación o advertencia -como queráis contemplarlo-, antes de iniciar la campaña de marras advirtiendo precisamente contra los excesos que cualquier práctica tendente a vulnerar el principio básico de igualdad pudieran ocurrir. Una advertencia que algunos no se tomaron con la seriedad debida.
A este lado del charco, como en tantos otros lugares del mundo -no nos engañemos-, existe una arraigada tradición de "hecha la ley, hecha la trampa" a la que, al parecer, se acogieron en Dallas y Washington principalmente. Ciertamente no vulneraron ninguna ley pero a nadie se le escapa que con esos hechos atentaron contra el principio de "igualdad de competición". Se ha criticado que, stricto sensu, los Redskins y Cowboys, repito, no infringieron ninguna ley pero es de sentido común comprender que es materialmente imposible que un reglamento contemple toda la posible casuística. Así que no es necesario violar un precepto en concreto para ser castigado, basta con actuar contra lo que se conoce como "el espíritu" de una norma, regla o filosofía de una competición en la que uno participa dado que acepta las normas establecidas. Por esta razón, los hechos descritos quedan fuera del marco a partir del momento en el que los autores consiguen una ventaja competitiva yendo contra uno de los principios fundamentales de la competición
En un último extremo, si todos los equipos huberan realizado esta práctica y aún asumiendo las reflexiones del párrafo anterior, personalmente me inclinaría a hacer la vista gorda y seguir adelante. Si mediante una práctica alegal -que no ilegal, pero no por ello correcta-, todos hubieran conseguido un beneficio, éste sería anulado por el beneficio del vecino. Pero, de nuevo, cuando el punto de partida de la(s) siguiente(s) edición(nes) queda desequilibrada -e indiscutiblemente esto es así-, entonces solo cabe levantar mi voz para que la NFL vuelva a ser el tipo de competición que esperamos.
A tal fin -y a la espera de que Skins & Cowboys recurran-, ha recaído para ambas franquicias un castigo sobre el space salary cap o margen salarial disponible, a distribuir según su propio criterio entre esta y la próxima campaña, con un impacto de 36 y 10 millones de dólares respectivamente. Teneiendo en cuenta la escasa gravedad de las acciones de Saints (quienes últimamente están en todos los ajos) y Raiders, no se les imputa ningún paquete salarial extra aunque quedar excluídos de los 1,6 millones de dólares con los que adicionalmente quedará ampliado el salary cap del 2012 para el resto de equipos.